En el arranque de la operación salida Especial 15 de Agosto, el Gobierno ha vuelto a reconocer la peligrosidad de la carretera N-340 dentro de la red viaria española alertando a los conductores de la especial precaución en dos tramos concretos: el que transcurre entre Castellón y Orpesa y en las travesías de Benicarló y Vinaròs.

Pese a esta llamada de atención en dos puntos que la propia Dirección General de Tráfico (DGT) insiste en calificar como “muy conflictivos”, el Ministerio del Interior sigue sin aportar soluciones para desdoblar la N-340 entre la capital de la Plana, Benicàssim y Orpesa y con unas obras de la variante de la nacional en el Baix Maestrat que se eternizan.

Entre las previsiones de la DGT ante los miles de desplazamientos que se esperan hasta las 24 horas del domingo destacan las recomendaciones de especial atención en los citados tramos de la provincia. Pese a la alerta, evitan mover ficha. El ministerio de Ana Pastor, como publicó este diario ayer, supedita la inversión para las mejoras a la disponibilidad presupuestaria, una decisión que perjudica a una provincia que tampoco recibió aportaciones económicas en materia de infraestructura antes de la crisis.

UNIDAD DE LOS ALCALDES // Si hace unos días los alcaldes de la capital, Benicàssim y Orpesa, Alfonso Bataller, Susana Marqués y Rafael Albert, respectivamente, aunaron su reivindicación para exigir desdoblar la N-340, los ediles de Vinaròs y Benicarló hacen ahora lo mismo para reclamar que acaben las obras de la variante cuanto antes. “El tramo que circunvala nuestras poblaciones tiene un riesgo de accidentes muy alto”, señala Juan Bautista Juan, alcalde de Vinaròs, quien añade que tanto él como Marcelino Domingo se acaban de reunir con responsables de la Unidad de Carreteras para demandar “premura” y “mayor celeridad” a los trabajos. “Los plazos fijan que antes de dos años no estarán culminadas, por lo que en septiembre estudiaremos alternativas”. H