El vaso de los Presupuestos Generales del Estado en Castellón puede verse medio lleno o medio vacío. Por una parte, el aumento de la previsión de gastos que realiza el Gobierno para la provincia permite que esta se sitúe, con una inversión de 245 euros per cápita, hasta 28 euros por encima de la media nacional, situada en los 217. No obstante, el aumento de las partidas tampoco permite que arranquen este año proyectos largamente reivindicados en la provincia, como la reforma del Archivo Histórico Provincial de Castellón, la comisaría de la Policía Nacional de Vila-real o los cuarteles de la Guardia Civil en Onda, Almassora y Vilafranca. Distinto es el caso de la autovía del interior (A-7), donde la disputa burocrática entre el Ejecutivo central y el Consell dilata unos trabajos que difícilmente comenzarán durante este ejercicio.

Como publicó ayer este periódico, Castellón pasará en un año de recibir unas inversiones de 74 millones de euros a los 141 que prevén las cuentas del 2018, para los que por ahora el Gobierno de Rajoy no tiene garantizados los apoyos. En términos de gasto per cápita, este incremento le permite no solo alcanzar la media nacional --en 2017, año de inversiones anormalmente bajas, se situó 58 euros por debajo del estándar nacional-- sino incluso superarla en 28 euros. Esta situación contrasta con lo que ocurre en el conjunto de la Comunitat, donde el gasto sube un 25%, hasta los 740 millones, pero no lo suficiente como para acercarla a la media. Cada valenciano recibirá 149,8 euros, situándose 67 por debajo del español común.

DISCURSOS OPUESTOS // A la teoría del vaso también se sumaron ayer los dirigentes políticos en sus valoraciones. Medio vacío lo ve el president de la Generalitat, Ximo Puig, para quien se trata de unas cuentas que «cronifican la marginación» de la Comunitat. Como ejemplo, pone la plataforma de alta velocidad València-Castellón, que solo obtiene 1,2 millones para el proyecto. Por su parte, para el presidente del PPCS, Miguel Barrachina, son unos presupuestos «sociales», que facilitan la «creación de empleo» y permiten que la inversión global «crezca un 80%», destaca. Es decir, medio lleno.

MENOS QUE EN EL 2016 // De regreso a los datos, la inversión prevista para el 2018 vuelve, tras un 2017 de excepción, a las cifras habituales en los últimos años. Desde el 2010 a la actualidad, la media de gasto del Estado en la provincia se sitúa en 137 millones de euros, solo cuatro por debajo de la previsión para el año en curso. No obstante, el incremento no sirve para llegar a las cifras del 2014, cuando en Castellón se inició una senda inversora alcista que permitió pasar de los 143,8 millones a los 153 en el 2016.

Los 141 millones se destinarán fundamentalmente a dos infraestructuras: el Corredor, que se lleva 88,9 millones de euros, y el puerto de Castellón, que obtiene más de 14 para proyectos como la conexión ferroviaria interior o la dársena sur. No obstante, esta concentración de la inversión conlleva que otros proyectos largamente reivindicados en la provincia, a los que se suma la duplicación de la N-340 entre Benicàssim y Orpesa, se queden --un año más-- sin partidas de calado.