El invierno atípico que está viviendo en la actualidad la provincia de Castellón --con altas temperaturas, ausencia de lluvias y los altos niveles de contaminación, como publicó ayer Mediterráneo- castiga la salud de los vecinos así como la agricultura y adelanta la proliferación de las plagas, como en el caso de la procesionaria. Sin embargo, el buen tiempo de estas jornadas invita también a disfrutar de las playas y la costa.

En los últimos 15 días, el Hospital General de Castellón ha incrementado sus ingresos por enfermedades respiratorias un 30%, mientras los cereales se mueren o no llegan a brotar en la zona de la Plana Alta o en localidades de otras comarcas como Montanejos o Villahermosa. En cuanto a los problemas de salud que está ocasionando esta situación meteorológica, Juan Guallar, jefe del Servicio de Neumología del Hospital General, explica que en los últimos 15 días y debido a la falta de lluvia, el calor, el aumento de la polución y el polen, «se está produciendo un aumento de las inflamaciones de las vías respiratorias que agudiza también el asma (los ingresos de estos pacientes han aumentado un 10%), la bronquitis o la enfermedad pulmonar crónica (EPOC)», detalla.

Una situación que causa que las visitas a Urgencias por este motivo y por las alergias también hayan subido hasta un 40%.

Los afectados por estas inflamaciones e infecciones como neumonías y bronquitis agudas son de diversas edades, si bien son los niños en su mayoría los que contraen la conocida bronquiolitis y los mayores de 68 años, los pacientes de neumonías o EPOC.

Por lo que respecta a las alergias, el adelanto de la floración y la falta de precipitaciones provocan que haya más polen y la subida de un 25% las visitas al General por conjuntivitis, rinitis y efectos de esta molestia.

El sector de la agricultura es otro de los grandes afectados por este invierno donde se llegarán a los 28 grados el lunes. El secretario general de la Unió de Llauradors, Carles Peris, dice que el cereal de la provincia muere por las altas temperaturas y las floraciones anticipadas hace que, en el caso de que crezca el fruto, este no llegue en condiciones óptimas.

FALTA DE LLUVIA

En el caso del almendro o el olivo, la falta de lluvia hace que la flor que sale antes de tiempo caiga y provoque una disminución de la cosecha. «El año pasado bajó en un 70% la campaña del olivo y en este podría pasar los mismo», afirma Peris a este diario, tras hacer referencia también a los problemas que el calor podría ocasionar en la alcachofa, en plena temporada, ya que habría que adelantar la recolección para que el producto no resulte dañado o se estropee para su venta.

El problema del cereal y la ausencia de precipitaciones afecta también de forma directa a la ganadería. No hay pastos verdes naturales ni trigo o cebada para alimentar el ganado, por lo que los costes aumentan por el incremento del precio del pienso.

La proliferación de la plaga de la procesionaria en los pinos es otra realidad en la provincia. De hecho, este diario publicó en su edición de ayer el repunte que había sufrido esta en pinares de Alcossebre en los últimos días. A este respecto, el director de Comunicación de la empresa de control de plagas Rentokil, Jacinto Díez, confirma que se ha producido «un adelanto brutal de la plaga por el calor en la zona mediterránea, ya que, a diferencia de otros años, la oruga está bajando ahora y no a finales de marzo o abril, como es habitual», subraya. Han subido las peticiones de tratamientos y, según Díez, la presencia de la procesionaria es también molesto para el ciudadano porque los pelos que sueltan en su desplazamiento puede ocasionar urticarias o alergias.