Hay un trámite que todos los conductores están obligados a pasar. Unos deben hacerlo todos los años. Otros, los que conducen un coche que todavía no ha cumplido la década, cada dos. Pero todos, en algún momento, tienen que llamar a un número de teléfono, pedir cita, pagar y pasar la Inspección Técnica de Vehículos (ITV). Y aunque en Castellón la mayoría de los conductores la aprueba a la primera, cada vez son más los automóviles que son rechazados. Una de las principales causas está en el endurecimiento de las medidas de control sobre los gases nocivos, una norma que en apenas un año ha disparado la cifra de coches que la ITV echa para atrás.

En septiembre de 2018 entró en vigor la nueva normativa de la ITV que, en la práctica, incorporaba herramientas de lectura de sistemas de diagnóstico a bordo (OBD). ¿El objetivo? Detectar irregularidades en las emisiones de gases contaminantes, catalogándolas como defecto grave e instando al propietario a su reparación. Aquel cambio, junto al progresivo endurecimiento de las normas que regulan las emisiones de gases, ha empezado a dar sus frutos y en la provincia ha aumentado el número de vehículos rechazados por no ceñirse a los límites de emisión.

Los últimos datos que maneja la Conselleria de Economía y Sectores Productivos son contundentes. De enero a julio de este año, las estaciones de ITV de Castellón han rechazado a 5.212 vehículos por emisiones contaminantes, una cifra que incluye tanto gases de escape en todo tipo de automóviles como ruido en motos y ciclomotores. O dicho de una manera más clara: cada mes las ITV de la provincia echan para atrás 744 vehículos por contaminar, una cifra récord. El año pasado (la normativa entró en vigor en septiembre) fueron una media de 396 al mes, mientras que durante el 2016 la cifra ascendió a 287.

El endurecimiento de la normativa ha disparado el número de coches que en Castellón son rechazados por contaminar y, además, las emisiones de gases nocivos ya son la primera causa que obliga a los conductores a tener que volver a pasar la inspección. Un ejemplo. De las 11.551 revisiones rechazadas de enero a julio de este año en Castellón, la causa principal fueron las emisiones, seguida del mal estado de los neumáticos, los frenos y la señalización y alumbrado. En 2017 y 2018, en cambio, las emisiones contaminantes ocupaban el último lugar entre las cuatro primeras causas de rechazo, siempre según la estadística de Economía.

Cuando un conductor no pasa la ITV porque su coche contamina, lo normal es que acuda a un taller. «Allí se le revisa el estado del tubo de escape y del catalizador y, si se detectan anomalías, se cambian», explica Pablo Colom, secretario general de la Asociación de Talleres de Castellón.

LEYES cada vez MÁS RESTRICTIVAS

La normativa que regula la emisión de gases se ha ido endureciendo en los últimos tiempo y ha experimentando continuos cambios. Y todo para adaptarse a las leyes que dicta la Unión Europea (UE). Así, y según las ITV, los vehículos diésel matriculados antes del 1 julio de 2008 no pueden arrojar en la ITV valores por encima de 2,5, y los turbodiésel, de 3, mientras que los coches matriculados desde el 1 de julio de 2008 en adelante no pueden llegar a 1,5 metros menos uno (m-1) de opacidad en la emisión.