Salen de noche y arrasan con todo lo que encuentran. En el caso de las plantaciones agrícolas en la zona limítrofe entre Benicàssim y Castellón, son las naranjas, que chupan hasta dejarlas secas. Se trata de los jabalís, una plaga que ha adquirido dimensiones cada vez más importantes y que, además, ya no es exclusiva del medio rural, puesto que cada vez es más fácil ver a estos animales atravesando el casco urbano de los municipios, la capital de la Plana incluida.

«Esto va cada vez a más. Estoy seguro de que por esta zona va a haber accidentes muy serios muy pronto». Es el testimonio de Vicente Gimeno, agricultor que tiene un huerto en el entorno de la ermita de la Magdalena, muy cerca del límite entre Benicàssim y Castellón. En su caso, los jabalís se han comido «unos 3.000 o 4.000 kilos de mandarinas», en un terreno que tiene unas 70 hanegadas. Comenzó a verlos hace unos cinco años, pero es ahora cuando está realmente preocupado, más por motivos de seguridad que por la propia cosecha.

«Se están empezando a meter por los caminos y cerca está la N-340. Me he quejado al Ayuntamiento de Benicàssim pero no me hicieron ni caso», lamenta.

Avisos

Tanto desde el sector agrícola como en el de los cazadores se ha dado la voz de alarma, porque están constatando además que cada vez se acercan más a la costa en busca de alimento. El departamento responsable de controlar esta superpoblación, la Conselleria de Medio Ambiente, no ha reaccionado por el momento, pese a que los miembros de Caza Mayor de Castellón llevan «dos años pidiendo medidas». Entre ellas, alargar la temporada un mes, hasta finales de marzo, y mejorar los vallados que evitan el acceso de los jabalís, explicó su delegado, Leo Gil.

También exigen medidas desde la Unió de Llauradors, Ramón Mampel, como por ejemplo permisos para realizar batidas, sea en épocas de caza o no. Ante esta problemática, agricultores del entorno del Prat de Cabanes-Torreblanca han desplegado en sus fincas vallas electrificadas para impedir la entrada del jabalí. Sin embargo, el secretario general de la Unió, Ramón Mampel, considera que son insuficientes para hacer frente a esta plaga.