«La gravedad del coronavirus se veía venir y la normalidad como la conocíamos hasta ahora puede tardar mucho tiempo en volver a nuestras vidas». Xavier Guasch, jefe clínico de la UCI, comprende que el daño económico que ocasionará la pandemia será «brutal», pero recuerda que «lo primero es la salud» y advierte de que «un rebrote sería fatal».

Como no podría ser de otro modo, las altas que se producen en la UCI le causan una «gran alegría», pero inisiste en que «hay que ser prudente y saber que en planta queda todavía mucho trabajo por hacer». En su unidad lo saben bien, pues lamentan haber perdido después a alguno de los pacientes que abandonaron cuidados intensivos. «Falta muchísimo por saber y por hacer. Unos enfermos reaccionan mejor, otros lo hacen de forma anómala a la infección...el coronavirus todavía es un gran desconocido», alerta. Por todo ello, llama a la «prudencia» y a afrontar el desconfinamiento con «máxima cautela».