Una de las licencias que el Gobierno de España ha permitido a los usuarios de las bicicletas en esta fase 1 de la desescalada es romper el límite del término municipal para aquellos ciclistas que están federados en alguno de los muchos clubs de la provincia. Sin embargo, estos se han encontrado en algunos casos con el exceso de celo de los agentes del orden. Es el caso de Jorge Avinent, que en alguna de sus rutas diarias ha tenido que someterse a exhaustivos controles, «a veces excesivos, ya que no se conforman con que les muestres la licencia».

Pese a alguna experiencia incómoda, Jorge se siente privilegiado por poder sumar kilómetros a lo largo y ancho de la provincia en las franjas horarias marcadas para la actividad deportiva, pero cree que esa situación se debería hacer extensiva al resto de aficionados al ciclismo. «No le veo sentido al hecho de que puedas irte a Benicàssim a tomarte algo en una terraza, pero no a hacer deporte», razona.