Al frente de la patronal Asociex desde hace más de una década, es la cara más visible de los exportadores de naranja castellonenses. Tras acabar la campaña de la clemenules, Jorge García ve con recelo la segunda parte de la temporada debido a la competencia.

-Ha acabado ya la primera parte de la campaña, la más importante en la provincia de Castellón. ¿Qué balance hace?

--La campaña ha funcionado bastante bien en todos los niveles, tanto para los collidors, como para la gente de almacén y también para el agricultor. En cuanto a los almacenes, al no llover, se ha aprovechado mucha fruta. Los precios en campo han sido altos. Es una campaña bastante buena.

-¿Las clementinas castellonenses han tenido buena demanda y buenos precios en Europa?

--Al final, al aprovecharse tanta fruta, se ha exportado prácticamente lo mismo que el año pasado, con unos precios un poco mejores. La demanda ha estado bien, pero sin ser nada del otro mundo. Cuesta mucho subir los precios y quitar los clichés de que las clementinas son baratas. Este año, aunque se han sacado mejores precios que el pasado, tampoco han sido espectaculares.

-Al haber menos cosecha, ¿los clientes tenían un poco más de ansiedad por hacerse con clementinas de la provincia?

--Parecía que iba a ser así, pero luego al aprovecharse tanta fruta y no dejar ningún día de cortar, los compradores han visto que no tenían dificultad para suministrarse y han seguido manteniendo las promociones. Por eso los precios han sido mejores, pero no se ha visto claramente esa subida que podía esperarse de un año con menos cosecha.

-Entonces, ¿no han tenido problemas para abastecer a sus clientes y priorizar entre ellos?

--No ha habido problemas. La clemenules ha acabado muy pronto. La campaña ha sido corta y esta es una tendencia que se ve claramente en los últimos años: las clemenules cuando llega Navidad empiezan a tener problemas de condición. Hay que sacar los mismos kilos en menos tiempo, lo que concentra la oferta.

-Cara a la segunda parte de la campaña que acaba de empezar, ¿qué previsiones tienen?

--La fruta en el campo está cara. La gente, tras la primera campaña, está pidiendo mucho dinero y estamos con miedo. Ahora empieza a haber competencia importante de otros países. Los precios altos de aquí en el campo, con los costes tan altos que tenemos, generan inquietud.

-¿Qué otros países son competencia a partir de ahora?

--Empieza Marruecos, con sus nadorcott; Egipto, con las valencia late, que cada año tienen más; como también Marruecos y toda la cuenca del Mediterráneo con las naranjas de segunda temporada. Así como con clemenules y navelina la competencia se limita a Marruecos, en la segunda parte de la campaña entra más gente en la partida. Y, con los costes de aquí, nos genera inquietud.

-En esta segunda parte, donde apenas queda fruta en la provincia, ¿con qué naranja trabajan?

--De toda España. Vamos a buscar la fruta allí donde esté.

-Las firmas más fuertes, ¿hasta cuándo alargan la campaña?

--Hay de todo. Hay quien casi acaba de trabajar con las clemenules; otros que solo hacen mandarinas y llegan con las nadorcott hasta finales de marzo o principios de abril; otros que si hacen también naranjas llegan hasta junio-julio; e incluso hay algunos que hacen prácticamente los 11 meses o 11 meses y medio.

-¿Son muchos los que trabajan todo el año?

--Lo hacen los que son fuertes en el mercado nacional, que tienen que servir en verano y se abastecen de donde pueden. Estocan fruta en cámara y trabajan en verano también. En la provincia hay varias empresas. Hay que tener estructura y cartera de clientes. Es gente que se dedica históricamente al mercado nacional.

-Está a la vuelta de la esquina Fruit Logistica. Además de los clientes tradicionales, ¿en qué mercados tiene posibilidades de crecer la fruta castellonense?

--Estamos hablando de clementinas y la gran mayoría clemenules, es complicado salir de los mercados tradicionales: la fruta no aguanta viajes largos. En cuanto a naranjas, se está abriendo bastante el mercado asiático, que empieza a tomar fuerza; y hay algunos países en África y Sudamérica donde se comienzan a hacer cosas hasta que comience la fruta del otro hemisferio. Donde más fuerza está tomando, aunque poco a poco, es en los países asiáticos, sobre todo en China.

-Esta campaña ha sido la primera en que solo tres empresas han exportado a Estados Unidos. ¿Se va a repetir en las siguientes o volverán las empresas? ¿Hay futuro en este mercado o lo dan prácticamente por perdido?

--El mercado americano ha ido bajando y aunque creo que ha tocado suelo, a nivel personal no le veo un crecimiento en los próximos años. Entre Chile y California ha quedado un hueco muy reducido y creo que se va a repetir lo de las tres empresas.

-El Comité de Gestión de Cítricos ha preguntado por la expansión del vector del HLB. ¿Temen una pronta llegada de esta plaga?

--Es una posibilidad que está ahí y que se estén tomando medidas es importante. La enfermedad ha ido avanzando por diferentes zonas y que el vector esté bastante cerca es un riesgo.

-En cuanto a la situación de las empresas citrícolas provinciales, se siguen concentrando, sobre todo con la caída de cooperativas. ¿Cómo ve el futuro? ¿Quedarán más de una docena de cooperativas? ¿Habrá alguna compañía especialmente grande?

--Es cierto que las empresas van cogiendo algo más de volumen. En cuanto a las cooperativas no sé qué va a pasar en el futuro. El hecho de no haberse concentrado y estar tan atomizadas, les ha hecho bastante daño.

-Hay voces que ya apuestan por la reactivación de Intercitrus. Incluso se habló hace meses de implantarla en Andalucía. ¿Qué piensa al respecto?

--Que vaya a Andalucía no es factible. Tener una interprofesional puede ser muy positivo, pero aprendiendo de los errores.

-¿Entonces apuesta por reactivarla?

--Sí. Intercitrus de alguna manera es necesaria, siempre y cuando se den los condicionantes para que sea una interprofesional activa y que pueda decidir lo que se puede hacer sin el veto de nadie y sin repetir errores del pasado.

-¿Las empresas tendrían que ceder capacidad de decisión?

--No es tanto un tema de empresas como de sectores. Se hace negociando, hablando y buscando el bien común. Una interprofesional puede hacer muchas cosas. En su día lo hizo con la publicidad o el cierre de EEUU, donde remamos todos en la misma dirección. Pero después había vetos y las decisiones se tenían que tomar por unanimidad y no llevaba a nada bueno. Debería primar la mayoría.