José es un extrabajador de banca que se jubiló de forma anticipada en el 2016 cuando la oficina en la que había trabajado durante más de dos décadas cerró en Castelló tras un proceso de fusión entre entidades financieras. Es uno de los más de 7.300 jubilados de oro en Castellón, es decir, aquellos cuya pensión supera los 2.000 euros y les permite pasar los últimos años de su vida sin agobios económicos.

Funcionarios del Estado, militares con rango y otros perfiles vinculados a grandes empresas copan este perfil que es eminentemente masculino, pues el 85% de quienes alcanzan este nivel de prestaciones son varones.

Este perfil se ha multiplicado en los últimos años, pues hace apenas diez años solo 1.637 personas percibían 2.000 euros o más. Lo mismo ha ocurrido en el conjunto del Estado, pues la Seguridad Social paga actualmente más de 755.000 pagas de jubilación que superan esta cuantía, casi cinco veces más de las que había hace una década, según los datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social.

El hecho de que quienes se jubilan lo hagan con prestaciones cada vez más elevadas provoca que el gasto del sistema de pensiones en Castellón crezca mes tras mes. En julio se estableció un nuevo récord y la hucha de las pensiones tuvo que desembolsar 82 millones de euros en la provincia.