El anuncio de Inés Arrimadas de que contempla postularse para suceder a Albert Rivera en la presidencia de Ciudadanos (Cs) ha hecho que la división interna resulte todavía más evidente en el partido naranja en la provincia de Castellón. En el último acto convocado en València por el referente autonómico, Toni Cantó, partidario declarado de la catalana, las ausencias fueron tan significativas como las presencias.

Ni la secretaria de Organización, Sandra Julià, ni sus afines acudieron a la capital del Turia, mientras que sí lo hicieron los diputados provinciales Cristina Fernández y Domingo Vicent, así como representantes de Benicarló o les Alqueries, además de una única diputada autonómica, Merche Ventura, como muestra la imagen en esta página. El vacío de poder en la cúpula dejado por la salida de Rivera, sumado a la decisión de postergar la elección del relevo cuatro meses, levanta más si cabe en armas a las familias del partido naranja en Castellón, que viven una grave fractura.

Mientras que Julià, que impuso a Alejandro Marín-Buck en las listas municipales del 26 de mayo y a personas de su círculo como Eduardo del Pozo en las autonómicas, podría rentabilizar el retraso en la renovación interna. Los críticos a su mandato están justo en la posición contraria.

Ese colectivo reclama, con más intensidad y urgencia en este momento, una limpieza en la formación provincial, confirmaron ayer distintos afiliados del partido naranja, para después estar en condiciones de abordar la recuperación de sus posiciones.

Ante esta petición, la dirección regional, que ahora lidera el síndic en Les Corts, Toni Cantó, estaría dando largas, en el sentido de anunciar que habrá cambios, pero sin que se materialicen.