Los paranyers no pierden la esperanza de lograr un marco legal, a pesar de que esta es la 17ª temporada que los aficionados a este método cinegético llevan en la clandestinidad. Tras meses de calma tensa, empiezan a haber movimientos judiciales. La asociación de paranyers Apaval interpuso un recurso contencioso administrativo contra la negativa de la Conselleria de Medio Ambiente a autorizar el denominado cesto malla como método selectivo de captura. El colectivo asegura que nunca recibió respuesta institucional a su solicitud y denunció el silencio administrativo ante el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat TSJCV) que ahora ha solicitado a la citada entidad un informe pericial que avale su tesis, es decir, que este nuevo sistema es selectivo.

Por tanto, Apaval prevé presentar esta documentación con el objetivo de que la justicia les dé la razón y permita a los aficionados practicar esta modalidad de caza tan arraigada en la provincia de Castellón sin tener que dar muerte al animal. «La vía judicial es lo único que nos queda», señaló a este diario el presidente de la asociación, Miguel Ángel Bayarri.

Y es que las relaciones entre los paranyers y la Conselleria de Medio Ambiente están rotas desde hace meses. Además, el cambio de consellera en este departamento, que ahora dirige Mireia Mollà, tampoco hace albergar esperanzas a la entidad, dado que desde Compromís han mostrado en diversas ocasiones sus reticencias a esta práctica ancestral.

Apaval presentó en l’Alcora, en febrero del 2017, ante aficionados y políticos el nuevo sistema de captura en vivo de especies cinegéticas, con el que esperaban poder acreditar su selectividad y así conseguir la legalización.

toma de datos // Mientras esperan las resoluciones judiciales, una treintena de aficionados están tomando datos sobre el paso de tordos que luego remiten a una sociedad cinegética francesa que realiza estudios sobre aves migratorias. Es una manera, como señala Bayarri, de mantener viva la esencia del parany, tras los reveses administrativos.