Las camareras de piso, kellys, que trabajan en Castellón pueden llegar a cambiar una media de 23 camas diarias de hotel durante la temporada alta turística, una labor que genera alteraciones en la salud hasta al 18% de ellas. Son algunas de las conclusiones extraídas de un estudio del Instituto Valenciano de Seguridad y Salud en el Trabajo (Invassat) sobre las condiciones laborales en este sector, que ayer lunes presentaron el secretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer, y el secretario autonómico de Empleo, Enric Nomdedéu.

Con una muestra de 192 empresas de la Comunitat, Colomer señaló que se ha pretendido hacer «un diagnóstico de la realidad» mediante una mesa plural entre empresarios, sindicatos y administradores. El estudio se centra en «el control preventivo y el asesoramiento técnico en empresas del sector hotelero, con especial atención a los trastornos músculo-esqueléticos».

En la provincia, durante la temporada alta estas empleadas cambian 23 camas de media al día en hoteles pequeños, los más usuales en Castellón. Es una cifra que está por encima de la media autonómica, que se sitúa en 18.

En cambio, las cifras se equilibran en los hoteles medianos y grandes, en los que las trabajadoras de establecimientos de Castellón se sitúan en la media o incluso por debajo. Esta cifra se obtiene a partir de un cálculo de una jornada laboral de ocho horas.