El Quiosco Simeón no ha faltado ni un solo día a la cita con sus clientes desde los casi 50 años que le contemplan. «Lo empezó mi abuela, siguieron mis padres y ahora lo llevo yo», enumera José Francisco Simeón, Pepe para la inmensa mayoría de vecinos de Almenara que suelen adquirir prensa y revistas en el establecimiento de la plaza Ausiàs March.

En toda una vida formando parte del entorno del gremio de los quiosqueros, Pepe nunca había vivido una situación como la actual, provocada por la pandemia de coronavirus. «Es muy heavy. La actividad ha bajado, porque no se ve casi gente en la calle, sobre todo niños», dice Pepe, que se siente privilegiado por poder colaborar a la información de la ciudadanía como suministrador de prensa escrita, ya que el Real Decreto de estado de alarma le permite seguir manteniendo abierto su negocio al vender prensa escrita, un bien de «primera necesidad».

Y se nota la importancia de periódicos como Mediterráneo, que ofrecen las noticias más cercanas a los vecinos de Almenara. «La gente que antes solía leer la prensa en los bares, ahora cerrados, no puede pasar sin ella, lo que ocurre es que ahora acude al quiosco. Y lo hemos notado en las ventas, que han subido», explica el responsable del Quiosco Simeón, que, eso sí, lamenta el descenso de otros productos relacionados con los clientes más jóvenes. «Se nota que no hay niños, que son los que pican más a padres o abuelos para que les compren cuadernos, golosinas...», afirma.

Con el estallido del brote de covid-19, Pepe solo abre ahora por las mañanas --«cuanto menos tiempo abramos, menos tentaremos a la gente a salir de casa»-- y siempre protegido con guantes y mascarilla. No deja entrar a nadie en el local: «Tengo en la entrada una mesa con los productos más solicitados, y el resto ya los saco yo».