Sofía Díaz (Blascomillán, Ávila, 1966) es la nueva jueza decana de Castellón, la primera mujer que ostenta este cargo y lo afronta en la era poscoronavirus y con tribunales especialmente colapsados. Ha pasado por cuatro juzgados de Castellón, trayectoria que le ha dado un amplio conocimiento de la justicia provincial.

--El pasado mes de febrero fue usted elegida como jueza decana de Castellón. Sustituye en el cargo a José Luis Conde-Pumpido, quien ha ostentado la representación de los jueces durante 17 años. ¿Cómo afronta el cargo y qué retos se plantea?

--En primer lugar, quisiera mostrar públicamente mi reconocimiento al que ha sido durante 17 años decano de los juzgados de Castellón, José Luis Conde-Pumpido, a quien difícilmente se le podrá igualar en el desempeño de su cargo, realizado con gran dedicación y compromiso con la justicia. Asumo el cargo de decana sabiendo la responsabilidad que conlleva, sobre todo en unos momentos nunca antes vividos, de paralización casi completa de la actividad judicial. Se trata ahora de poner en marcha los protocolos para reactivar el funcionamiento de la Justicia, adaptándolos a los problemas que diariamente van surgiendo. De igual modo, habrá que solicitar las medidas de refuerzo que sean necesarias, no solo para atender los procesos que se han visto paralizados en estos meses de pandemia, sino también para hacer frente a la entrada de numerosos procedimientos que se esperan.

--Usted ha ejercido en el juzgado número 2 de Vinaròs, así como también en los juzgados de Primera Instancia 1, 8 y 10 de Castelló. Tiene un amplio conocimiento de la justicia provincial. ¿Cómo ve la situación actual?

--Históricamente los juzgados de la provincia han soportado una elevada carga de trabajo. Esta situación genera una pendencia de asuntos que solamente con refuerzos se ha conseguido en algunas ocasiones solventar. En la actualidad, la mayoría de juzgados de Castellón superan, en mayor o menor medida, los módulos de entrada de procedimientos que el Consejo General del Poder Judicial fijó en el 2018.

-La Justicia castellonense sufre, además de la falta de medios materiales y humanos, un atasco endémico que no ha hecho más que agravarse con el parón en la actividad judicial.¿Qué haría falta para minimizar los efectos del covid-19 que ha agudizado el colapso de los tribunales?

--Sin duda, y mientras no se creen nuevos juzgados, mantener los refuerzos ya existentes en algunos de ellos: el Juzgado de Primera Instancia nº6 de Castellón, que tramita todos los procesos sobre condiciones generales de la contratación; el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria y los juzgados de lo penal y mercantil. Ello sin perjuicio de solicitar nuevos refuerzos en aquellas jurisdicciones como la jurisdicción social o contencioso-administrativa, cuyo volumen de trabajo ya es excesivo, pero que se está viendo incrementado con la situación generada por la pandemia.

--La presidenta del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat de la Comunitat (TSJCV) es actualmente una mujer, también así la consellera de Justicia y ahora también la jueza decana de Castellón. Durante muchos años este tipo de cargos los han ostentado hombres, pese a que el sector judicial tiene una amplia representación femenina. ¿Cómo valora usted estos avances? ¿Considera que en la actualidad existe plena igualdad entre hombres y mujeres en la carrera judicial?

--Desde hace años, el número de mujeres que acceden a la carrera judicial es mayor al de hombres, situación que se mantiene en el tiempo. Ello ha dado lugar a que en Castellón, de los 33 jueces que servimos en órganos unipersonales, 25 son mujeres. La plena igualdad se está logrando poco a poco con los nombramientos cada vez más numerosos en los órganos de gobierno o altos cargos judiciales. De todos los magistrados que conforman las salas del TSJCV, la mitad somos mujeres. Entiendo que es una cuestión de tiempo que esa mayor proporción de mujeres que se da en la carrera judicial, se vea reflejada en la ocupación de los altos cargos.

-El Juzgado de Instrucción número 5 de Castelló investiga actualmente históricas calumnias e injurias hacia su persona y hacia otros altos cargos judiciales y policiales de esta provincia tras la difusión masiva y durante años de gravísimas acusaciones en internet. Investigados y perjudicados acudieron a declarar hace ahora un año por estos hechos. ¿En qué punto se está la causa?

--Desde hace más de 20 años, soy víctima de las más graves acusaciones que se pueden imputar a una persona. Tales hechos han dado lugar ya a varias condenas, tanto en el ámbito penal, como en el ámbito civil. Actualmente el proceso que se sigue en el Juzgado nº 5 de Castelló está todavía en fase de instrucción con la adopción de medidas cautelares respecto de los imputados.

--¿Cómo ha vivido usted toda esa situación, compaginando acciones judiciales contra estas personas como víctima y su actividad como magistrada?

--La situación que personalmente he vivido y que todavía persiste, como consecuencia del acoso al que me veo sometida en las redes sociales --siendo víctima de lo que hoy en día se conoce como fake news--, no ha afectado a mi trabajo como magistrada. A él me sigo dedicando con total entrega y compromiso, que se amplía ahora al ser recientemente elegida decana de Castellón.

--Muchos profesionales de la carrera judicial abogan por una reforma en el Código Penal para adecuarlo a los tiempos actuales. El caso de ‘la Manada’, por ejemplo, generó un intenso debate acerca de la tipificación de los delitos sexuales. ¿Está usted a favor de un cambio en el Código Penal o no lo ve necesario? En caso afirmativo, ¿qué cosas deberían modificarse? Y en caso negativo, ¿por qué no?

--El Código Penal, como todas las leyes, es un reflejo de la sociedad a la que está dirigido. Siendo cambiante la sociedad, dicho texto legal también lo es. El caso de la Manada generó un intenso debate en la sociedad, que todavía permanece, y que ha planteado la necesidad, o no, de modificar los delitos contra la libertad sexual que se recogen en dicho texto legislativo. Cualquier modificación debe ser fruto de un análisis profundo de los tipos penales por parte de los profesionales del Derecho, teniendo en cuenta la finalidad de la reforma. Reforma que, en su caso, debe llevarse a cabo con una impecable técnica legislativa que evite grandes dudas interpretativas.

-La falta de medios, la lentitud de muchos procesos judiciales y hechos como la prescripción de algunos delitos provocan duras críticas por algunos sectores de la sociedad. ¿Qué mensaje les trasladaría a aquellos que han perdido la confianza en la justicia?

--Son variados los factores que contribuyen a la lentitud de la Justicia. A mi entender, una estructura muy rígida en la organización de los juzgados, y sobre todo, la falta de medios, impiden que el trabajo se desarrolle con la celeridad y dinamismo que la sociedad nos exige. Si la falta de medios materiales y personales siempre ha sido un problema, la situación vivida en estos tres últimos meses, evidencia todavía más estas carencias. En cualquier caso, la historia judicial reciente nos recuerda que si bien la Justicia es lenta, también es imparable. Solo por este motivo, la ciudadanía no debe perder su confianza en la Justicia. Es uno de los tres poderes del Estado y para poder seguir desempeñando su labor debe velar por su independencia y exigir que las administraciones competentes la dote de los medios necesarios.