Definitivamente, el 2015 no ha sido el año de la recuperación del sector de la construcción en Castellón. Más bien ha ocurrido lo contrario: otro ejercicio fallido. Y ya van siete. Hay pocas grúas a la vista y el número de proyectos visados (imprescindibles para la posterior construcción de pisos) sigue llegando a cuentagotas, justo lo contrario de lo que ocurre en provincias como Alicante, Málaga, Tarragona o Córdoba, donde tras años en caída libre el ladrillo vuelve a resurgir.

Una sola vuelta por los principales barrios de Castellón o por las urbanizaciones de la costa basta para comprobar que la actividad en el sector sigue estando bajo mínimos. Y los datos así lo corroboran. De enero a octubre del 2015 se contabilizaron en la provincia 260 visados tanto de obra nueva como de reforma, un 17% menos que en el mismo periodo del 2014, cuando fueron 316. Y otro dato más. El 60% de los proyectos se refiere a ampliaciones y reformas y solo el 40% restante son proyectos de obra nueva, la mayoría unifamiliares, según la última estadística del Ministerio de Fomento.

La caída de actividad registrada durante el 2015 en Castellón no es más que una continuación de la producida desde el comienzo de la crisis. En el 2007 recibieron el aval la friolera de 25.773 viviendas. A partir de ahí, y tras el estallido de la burbuja, las cifras empezaron a caer hasta llegar a los 1.663 visados del 2010. En el 2011 fueron 1.336. En 2012 tan solo 775, mientras que 2012 y 2013 sumaron 489 y 415 proyectos, respectivamente.

El ladrillo en Castellón sigue cuesta abajo mientras remonta en muchas zonas de España. En el conjunto del país, los visados concedidos por los colegios de arquitectos técnicos se han disparado un 30,5% en los diez primeros meses del año, hasta los 36.031, el mejor dato que se registra en dicho periodo desde 2011. Y en provincias como Alicante o Málaga ocurre más de lo mismo, con incrementos de dos dígitos.

La construcción y rehabilitación sigue estancada en Castellón y la venta tampoco da demasiadas alegrías. De enero a octubre se han realizado en la provincia 4.544 operaciones de compraventa, 32 menos que durante el mismo periodo del 2014.

Dentro de tanto pesimismo, lo que sí va bien es la venta de pisos usados. El 80% de las transacciones inmobiliarias realizadas en los últimos meses en la provincia tiene como protagonista a la vivienda de segunda mano y la explicación hay que buscarla en el precio (la diferencia entre usada y nueva llegar a los 800 euros por metro cuadrado) y también en la ubicación. “Si uno quiere una vivienda en un barrio determinado no tiene más remedio que acudir a la segunda mano, ya que la construcción está totalmente parada”, coinciden en dos inmobiliarias de la capital.

Visto el panorama no es de extrañar que el sector de la construcción siga perdiendo peso en en el conjunto de la economía provincial. Los últimos datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social contabilizan en la provincia 1.545 pequeñas empresas dedicadas a la construcción de viviendas. Son casi 1.500 menos que las que operaban durante los años previos a la crisis. H