Que la población de Cirat es un condado muy pocos lo sabían. El propietario del título nobiliario, Alfonso Merchante y Martínez de Pisón (quien además era conde de Villafranqueza, marqués de Ciruñuela y grande de España), falleció el pasado sábado en València, en una noticia que consternó a los miembros de sangre azul de las tres provincias de la Comunitat Valenciana.

Un óbito que devuelve a la actualidad los fondos documentales del noble con raíces cirateras, que donó a la Diputación provincial en el año 2013. Una completa documentación gestionada e inventariada por la archivera de la institución provincial, María Jesús Gimeno, quien recuerda en la revista Estudis Castellonencs, «esta formada por cartas reales, concesiones de nobleza, genealogías, testamentos, censos, tributos y administración señorial, pleitos, planos... traspasando fronteras locales, provinciales y hasta nacionales», detalla Gimeno.

Unos documentos, entre otros, que ofrece información sobre Villafranqueza, en Alicante; Requena, Sella, Agres, en Valencia, así como cédulas y certificados redactados y fechados en Viena, Roma y la Santa Sede, y redactados en latín, castellano, valenciano, alemán e italiano». Entre las joyas historiográficas de estos fondos destaca la colección de dibujos y planos de Cristóbal Antonelli sobre el pantano de Tibi y los de la construcción de nueva planta de la villa de Villafranqueza, en Alicante, y cuyo condado pertenecía también al hidalgo Merchante y Martínez de Pisón.

San Vicente Ferrer

La jefa del servicio de Archivo de la Diputación relata que en el 2012 el finado mostró su voluntad de proceder a la donación de estos documentos a la Diputación, «por la gran devoción de su familia a San Vicente Ferrer y por el hecho de que la madrina del santo taumaturgo fue Ramoneta Carroz, condesa de Cirat, en 1350, y por el hecho de que la población pertenece al territorio provincial de Castellón», así como la amistad que se forjó entre la condesa de Cirat, María Consuelo Camilleri, con la responsable del archivo provincial.

La propia Gimeno, en Estudis Castellonencs, reconoce que hizo fuerza para que esta documentación se quedará en la corporación provincial, «como castellonense, profesional al servicio de la Diputación, y con orígenes familiares en Cirat», concreta.

Unos legajos en los que también se relata parte de la historia de los condes de Cirat, «su exilio en Viena y sus propiedades embargadas como consecuencia de su adscripción austracista durante la Guerra de Sucesión, amén de otros linajes y árboles genealógicos».