La moda de los cultivos de almendros no solo no remite sino que va a más. Hasta por tres y por cuatro están multiplicando la producción de plantones de árboles en los viveros de la provincia para dar salida a toda la demanda, entre las voces que ya alertan de una posible burbuja.

Según Juan Pastor, responsable de la sectorial de Frutos Secos de la Unió de Llauradors, la demanda de árboles “no se ha estabilizado, sino todo lo contrario. Hay mucha demanda en toda España”, subraya, y desliza que “existe un dato oficioso, porque estadística oficial actualizada todavía no hay disponibles, que habla de que en España se han sembrado 10 millones de almendros”, muestra de la época dorada que está viviendo el cultivo.

Detrás de esto se esconden dos factores clave: España es un país absolutamente deficitario de frutos secos, es decir, la producción local no cubre toda la demanda --las fincas del país producen entre 50.000 y 60.000 Tm y se comercializan más de 100.000, lo que revela la cantidad que se procesa llegada desde otros puntos, fundamentalmente EEUU--; del otro lado, el consumo de frutos secos no para de crecer por sus propiedades biosaludables. Todo ello está presionando al alza los precios, que ya son rentables.

LISTAs DE ESPERA // Con estas cifras en la mano, no es de extrañar que la locura por los almendros, de la que se viene haciendo eco Mediterráneo en los últimos meses, no vaya a menos. Todo lo contrario. Desde Viveros Mijares de Almassora, su gerente, Roberto Escrig, da buena cuenta del panorama que se está viviendo: “Nosotros hemos pasado de producir 25.000 unidades a 70.000”. Y otro ejemplo: También desde Viveros Alcanar admiten que el boom de esta planta les ha obligado a retomar su cultivo, algo que tenían descartado “desde hace años”, y que ahora han “recuperado ante la demanda existenten”.

Y aun así, los viveros no pueden dar salida a toda la demanda. Empresas y productores consultados apuntan que “hay lista de espera” para conseguir plantones. Para conseguir árboles de pie híbrido, que son los que ahora están teniendo más salida, se requieren al menos 5 meses de espera. En el caso de que sean almendros tradicionales, pueden tardar hasta “un año y medio”, pero esta última opción es la menos interesante, porque este tipo de especies son menos productivas y, por tanto, resultan menos interesantes.

“La expansión sigue adelante, especialmente en el resto de España, porque el caso de Castellón es más limitado, ya que no dispone de agua en las zonas donde tradicionalmente se cultiva”, incide el responsable de la sectorial de frutos secos de Fepac-Asaja, Ramón Céspedes, quien destaca que plantar almendros en zonas de regadío por goteo es donde se concentra el auge. “España es un país que necesita mucha almendra, no solo para pastelería o turronería, sino también para transformación de productos --caso de leche vegetal--. Esto no ha parado todavía”, sentencia. H