La implantación de la recogida selectiva de los residuos orgánicos domiciliarios ya ha llegado a la ciudad de Castelló. Estos días se ha iniciado el ensamblaje de los primeros 300 contenedores, número que irá ampliándose de forma paulatina hasta alcanzar los 1.100 previstos para dar servicio a toda la ciudadanía y que empezarán a aparecer en las calles «a finales de verano», como anunciaron desde el Ayuntamiento.

Esta primera fase del proyecto ha sido posible tras la ampliación del presupuesto municipal reservado a la recogida de basura en 1,6 millones de euros, una cantidad que no solo se destina a la adquisición e instalación de los citados contenedores, sino a la adaptación del contrato que incluirá la modificación de las rutas de retirada, que irán a más.

El concejal de Reciclaje y Gestión de Residuos, Ignasi Garcia, que visitó este fin de semana las instalaciones de la empresa concesionaria FCC-Fobesa para comprobar en persona el proceso de embalaje, aseguró que «Castelló será una de las primeras ciudades del Estado que pondrá en marcha este sistema, un proyecto que nos permitirá transformar estos residuos en otros productos como abonos, y además reducirá la contaminación por filtraciones que producen los vertederos».

DIFICULTADES ADICIONALES / García incidió en lo compleja que está siendo la instauración del nuevo sistema, por lo que quiso reconocer el esfuerzo del personal del Ayuntamiento y de la empresa concesionaria «para que la alerta sanitaria no afectara a nuestra palnificación inicial y que los contenedores estén listos a tiempo para activar el servicio».

El edil castellonense hizo especial mención a lo que supondrá esta mejora y ampliación del contrato para la creación de puestos de trabajo, pues está previsto contratar a seis educadores medioambientales, una decena de operarios y los conductores, que cubrirán una recogida que «se realizará en horario nocturno y durante los 365 días del año».

Como complemento a esta novedad en materia de separación de los residuos, Garcia anunció la cesión por parte de Ecoembres de 200 nuevos contenedores de envases ligeros —los amarillos— con lo que la ciudad dispondrá de más de 700 unidades.