La etapa de precipitaciones por la que atraviesa la provincia, que ha impedido que se recolecte naranja en casi una semana, estropeará alrededor de 100.000 toneladas de clementinas, la gran mayoría clemenules. Aunque es pronto para poder hacer esta valoración, ya que la afección real se verá unos días después de la lluvia, desde la patronal Asociex y las dos organizaciones agrarias mayoritarias coinciden en que el volumen de fruta que quedará sin valor comercial al menos rondará esa cifra.

Y es que tantas jornadas con las clementinas mojadas provocarán que aparezca el temido pixat, un hongo que hace dos años ya destrozó la campaña. Así, aunque la Unió valoró el lunes en Mediterráneo de un 20% de fruta afectada, este porcentaje podría ser mayor, dado que las lluvias se prolongarán --al menos en teoría-- hasta hoy, con lo que sumarán más días de humedad.

Y esto, con la maduración avanzada en la mayor parte de la fruta y con unas temperaturas «que no son todo lo bajas que quisiéramos», como señala el responsable de cítricos de Fepac-Asaja, José Francisco Nebot, favorece la aparición del pixat. Ello provocará que vuelva a haber mucho destrio en los almacenes, con el consiguiente aumento de los costes de manipulación --«y no poco», apunta el presidente de Asociex, Jorge García--. A su vez, también hará que, en algunas fincas, «no se va a poder entrar ya a recolectar», apunta José Ramón Urbán, de la Unió. Y es que cuando más de un 30% de la fruta de un huerto se deja en el árbol porque está deteriorada, no es viable entrar «porque este porcentaje se multiplica en el almacén y es inviable» su manipulación, dice García.

Así las cosas, tras casi una semana sin que entre fruta nueva y abasteciendo a sus clientes, los almacenes de comercios y cooperativas están prácticamente vacíos. Ante ello, desde el sector piden que, una vez cese el agua, y dado que habrá premura por abastecer a los mercados, los comercios y cooperativas sean prudentes a la hora de recolectar para de esta forma evitar envíos faltos de calidad. «Se tiene que tener muy claro las fincas en que se puede entrar», señala García.

Y todo ello mientras grandes cadenas venden en la provincia fruta de Sudáfrica, como ayer martes denunció la Unió.