José María Ángel es el máximo responsable en materia de extinción de incendios en la Comunitat. Su función es coordinar y dirigir estrategias para apagar incendios. Pero más allá de la extinción, Ángel invita a la sociedad a reflexionar porque conservar el medio ambiente es tarea de todos.

--El último gran incendio en la Serra d’Espadà ha tocado el corazón de muchos amantes de la naturaleza. Las llamas han consumido 1.500 hectáreas de un paisaje precioso.

--Sí, gracias a la rápida respuesta y la excelente coordinación de todas las administraciones, que han trabajado en perfecta sintonía, conseguimos frenar el avance de las llamas, sin que llegaran a verse afectadas viviendas ni estuviera en peligro la población. Ha sido un trabajo de equipo.

--Ha sido muy difícil...

--El de la Serra d’Espadà ha sido uno de los peores incendios de los últimos 30 años, por la compleja orografía, abrupta y escarpada, lo que obligó a desplegar hasta 35 medios aéreos.

--¿Qué le diría entonces a la gente, a los castellonenses?

--Pues que los incendios no solo ocurren en verano, sino durante todo el año. En apenas ocho meses hemos actuado en 700 incendios. Esto significa que tenemos un grave problema social, es ya un tema de educación. Uno no puede hacer quemas de rastrojos o agrícolas cuando quiera, ni tampoco trabajos de soldadura en su caseta, ni usar sierras eléctricas... Debemos extremar las precauciones porque en cualquier momento podemos poner en peligro la vida de cientos de personas y nuestro patrimonio natural.

--Al ser Castellón tan montañosa, los paisajes se entremezclan con las urbanizaciones. Es el interfaz urbano-forestal. ¿Cómo sobrellevan este extremo desde Emergencias a la hora de actuar?

--Seguimos protocolos establecidos, en los que la vida de las personas es lo primero y, después, el monte. Se da la circunstancia de que el éxodo del campo a las ciudades ha provocado un abandono de los huertos y esto ahora es material absolutamente fungible. Tenemos que recuperar prácticas de nuestros ancestros, como la recolecta de arbustos, las piñas, fomentar la apicultura, la ganadería y el pastoreo.

--El clima, con temperaturas tan elevadas, tampoco ayuda.

--Estamos ante un cambio de paradigma, el cambio climático, y eso nos lleva a un nuevo análisis, a una nueva realidad. El estrés hídrico que azota a toda la cuenca mediterránea sumado a las altas temperaturas es un cóctel peligroso que nos obliga a estar preparados.

--¿Cómo debe colaborar el ciudadano para ayudar?

--Disponemos de más brigadas durante todo el año para reducir tiempos de respuesta. El ciudadano puede ayudar avisando al 112 rápido y cuidando su entorno. H