Castelló, si las autoridades sanitarias lo permiten, tendrá fiestas de la Magdalena para celebrar el 75º aniversario de las mismas. Una efemérides que había levantado gran expectación y que anunciaba un programa con muchas novedades y actos extraordinarios porque bien lo merecen los castellonenses para rememorar tres cuartos de siglo con la actual estructura festiva.

El deseo de la alcaldesa, desde aquella noche en que anunció el aplazamiento de la Magdalena a través de las redes sociales después de mantener un intercambio de opiniones con Ximo Puig, president de la Generalitat, no es otro que celebrar las fiestas antes de que concluya el 2020.

Así de claro lo dejó en las múltiples reuniones que mantuvo con todos los colectivos festeros y aquellos que están implicados, como el caso de empresarios.

Ahora, aunque siempre desde la prudencia, se vislumbra el horizonte de un otoño donde tener eventos con la participación de mucha gente puede resultar viable. Y si se cumple ese escenario, Castelló aprovecharía el macropuente de octubre para reprogramar la Magdalena del 75º aniversario como merece la ciudad.

Otras dos posibilidades son hacerlas coincidir con el 8 de septiembre, fecha en que se conmemora el aniversario de la fundación de la capital, o bien irse al puente de la Inmaculada. Sin embargo, la primera tiene el inconveniente de que buena parte de los castellonenses todavía están en sus segundas residencias, mientras que diciembre pierde fuerza porque coincide con el inicio de la campaña de Navidad y, por tanto, perjudica al comercio y la hostelería de la capital.

Octubre tiene el hándicap de solaparse con el curso escolar y, por ello, la propuesta partiría de una Magdalena de cinco días, bien desde el 8 al 12, o desde el 9 al 13. Serían tres días festivos más otro, de carácter local, que concedería la Generalitat al Ayuntamiento (jueves 8 o martes 13) y un sábado. Es decir, que los estudiantes no perderían clases y todos los vecinos de Castelló podrían disfrutar al máximo al no tener ningún laborable que coincida con actos programados.

UNA INYECCIÓN DE 19 MILLONES DE EUROS

«Nunca pondré fechas sin hablar con el món de la festa». Ese es el compromiso que la alcaldesa adquirió con todos los colectivos en jornadas maratonianas mantenidas con ellos tras el aplazamiento de marzo, y que piensa cumplir. La segunda premisa es que la máxima autoridad municipal está empeñada en ser el faro para empujar a que la economía de la ciudad cicatrice cuanto antes las heridas que está significando el huracán del coronavirus.

Por ello, la Magdalena resulta ideal para inyectar dinero en las arcas de muchos negocios de la ciudad y también de pymes y autónomos que trabajan con anterioridad y en esas mismas fechas para que Castelló viva sus fiestas. Estas suponen un impacto de 19 millones de euros, de ellos 5,6 millones los comporta la Feria taurina, que deberían reprogramar y, a ser posible, mantener el cartel con todas las figuras que tenía para el 75º aniversario. También habrá que establecer alianzas con otros empresarios que tenían previsto montar los mesones, ferias, conciertos y demás negocios en la calle, para que sigan adelante con sus propuestas en una fecha atípica como octubre.

No será sencillo, porque acumulan cuantiosas pérdidas por la suspensión de marzo y sus economías están maltrechas.

Sin embargo, el empeño del equipo de gobierno, manifestado durante las últimas jornadas, es poner las máximas facilidades y la menor burocracia posible para que la economía de Castelló arranque lo antes posible a partir de que levanten el estado de alarma y los ciudadanos, poco a poco, empiecen a recobrar la normalidad.