Desde 1999, Elisabeth Gascó pasa su día a día en el mar. Es la única marinera de la provincia en un sector que emplea a unas 700 personas. Es una pasión que ha vivido desde la cuna y que le ha llevado a ser «patrona de la embarcación Simar, con sede en el puerto de Burriana» desde el 2009, afirma orgullosa.

A bordo de una barca de arrastre, su jornada comienza pronto, hacia las 4.30 de la mañana. Y, aunque ahora es «jefa porque alguien tiene que ser», sigue desempeñando, como hacía cuando era marinera, cualquier labor de las que componen la profesión: «En la barca todos hacemos de todo y cuando tengo que arreglar pescado o subir las cajas al muelle, lo hago». Ella le quita importancia --«es un trabajo algo durillo, pero hay otros que lo son más», manifiesta-- y no duda al señalar la razón por la que se levanta cada día temprano para salir a la mar: «Es lo que realmente me gusta».

En un mundo eminentemente copado por los hombres afirma no haber tenido ningún problema --«¿discriminación? No. Nunca», responde sin dudar-- y remarca que «siempre» ha cobrado «lo mismo que cualquier otro marinero de mi categoría porque he hecho el mismo trabajo». Por todo ello, anima a otras a seguir su camino: «Si una mujer puede hacerlo, podrían hacerlo más».