Los presidentes de las tres diputaciones provinciales marcaron ayer territorio en Castellón porque no quieren que el Consell de Puig les marque las políticas a seguir. Sin decirlo explícitamente, con la iniciativa conjunta Moliner, Sánchez y Rodríguez le han venido a advertir al president que tienen vida propia y que están por coordinarse entre ellos, y también con el gobierno valenciano, buscando consensos donde ahora solo hay enfrentamientos -básicamente con Castellón y Alicante, de distinto signo político--. Plan de empleo, Xarxa Llibres, decretos de deporte y turismo, la futura ley de mancomunidades… han sido algunos de los desencuentros entre el gobierno autonómico y los provinciales. Ideas que salen de la factoría del Consell pero que obligan a las diputaciones a pasar por caja y colaborar económicamente. Y marcan territorio porque Moliner y Sánchez presiden las dos únicas instituciones en manos del PP y necesitan hacer oposición a gobiernos municipales progresistas y al propio Consell; y porque Rodríguez, un valor en alza en el PSPV, quiere tener su propio espacio de promoción. H