El equipo de gobierno de la capital de la Plana y el obispado abordarán en fechas próximas el uso de la basílica de Lledó y un tema que ha generado polémica, especialmente a través de su socio Castelló en Moviment: el sueldo del prior de la basílica, que el grupo asambleario pide que no sea competencia municipal. Y es que será uno de los principales temas del día de las negociaciones previstas entre el Ayuntamiento y la diócesis de Segorbe-Castellón, que buscan normativizar relaciones entre ambas instituciones.

El anuncio llega después de la reunión que mantuvo la alcaldesa de Castellón, Amparo Marco, con el obispo de la diócesis, Casimiro López Llorente, para analizar la colaboración que mantienen ambas instituciones en ámbitos como la atención social, y para dialogar sobre la situación de edificios como la basílica de Lledó o las ermitas de la ciudad.

Asimismo, se acordó celebrar una comisión de trabajo conjunta para redactar un convenio de utilización de este enclave por parte del Ayuntamiento, el obispado y la Cofradía de la Mare de Déu del Lledó, durante el cual se tratará también la conveniencia o no de sacar el sueldo del prior, Josep Miquel Francés, de las arcas municipales. Aunque no se ha establecido una fecha para la negociación --a la que asistirá un concejal, un vicario y una persona de la diócesis--, lo probable es que sea tras las fiestas de la Magdalena, según fuentes municipales.

El convenio establecerá también un marco de referencia sobre aspectos como la catalogación del patrimonio, la conservación del inmueble, el personal que trabaja en la basílica... Con ello, se pretende regular la actividad eclesiástica y definir cuál es el ámbito en el que incidirá cada institución, para evitar así “actuaciones arbitrarias”. Asimismo, se abordó la ubicación del local del padre Ricardo, que el gobierno municipal pretende cambiar.

Marco agradeció al obispo la labor social que está realizando la Iglesia “ayudando a las familias que peor lo están pasando”. H