La alcaldesa de Castellón, Amparo Marco, insistió ayer en el consenso para abordar la normalización del topónimo de la ciudad para que la denominación sea exclusivamente en valenciano -Castelló de la Plana y Grau de Castelló- y no bilingüe. Un criterio dispar al del concejal de Normalización Lingüística, Ignasi Garcia , que si bien mostró la voluntad de alcanzarlo, lo ve «muy difícil» y recalcó que solo hace falta mayoría simple para iniciar los trámites.

De hecho, según explicó Marco, «en la junta de gobierno del pasado viernes le dijimos a Garcia que buscara el consenso de todos o de la mayoría de partidos».

Al parecer de Marco, pese a que el inicio de los trámites se puede aprobar por mayoría simple, que tendrían con los votos de los socios del Pacte del Grau -PSPV, Compromís y Castelló en Moviment-, la modificación del nombre «no es cuestión de una mayoría por un voto. El Pacte del Grau es suficiente en cuanto a la aritmética de los votos en el plenario, pero no creo que sea suficiente en el consenso ciudadano».

Por ello, preguntada sobre si se seguiría con la tramitación sin el consenso, aseguró: «No lo sé, lo hablaremos, pero personalmente, como vecina, pienso que sin consenso las cosas no tienen que tirar adelante. Hay que pensarlo dos veces y dar un paso atrás si es necesario». La primera edila mantiene que temas como «las señas de identidad de una ciudad, el nombre, tienen que ser consensuadas, porque si no son de muy corto recorrido. No pueden estar a los vaivenes del cambio político».

«Trasladar a la sociedad las diferencias políticas, ya hemos visto que en Cataluña no ha servido. En Castellón no me gustaría que ningún partido político, ninguno, rompiera la sociedad», dijo.

Pese a que PP y Ciudadanos ya han dicho que lo rechazarán «no se tiene que perder la esperanza hasta el último momento de la votación», dijo Marco. Con todo, recalcó que le gustaría «llegar a un consenso porque no es una cuestión lingüística, sino histórica, no solo lo dice el equipo de gobierno sino los informes de los expertos». También se mostró abierta a convocar un referéndum si hace falta: «Lo que no queremos es romper el consenso social».

Por otra parte, mediante un comunicado, el concejal de Normalización Lingüística recordó la voluntad del gobierno de llegar al consenso «en todos los temas importantes de la ciudad. Lo intentamos con el Plan General y ahora con el nombre de la ciudad, pero es evidente que es muy difícil llegar al consenso con quien dice que nuestra lengua es aldeano o que hay que quitarle la subvención a entidades tan arraigadas a nuestro castellonerismo como son los Dansants del Corpus».

Garcia también manifestó, al respecto de la postura de PP y Cs, que «no hemos llegado al gobierno para que la derecha nos diga cuál tiene que ser nuestra política». Por ello, «nos atenderemos al decreto del Consell, que solo establece la mayoría simple en el pleno para iniciar los trámites». «La regulación del Consell es muy garantista, ya que además de la aprobación en pleno, exige un aval científico que apoye la iniciativa, y la realidad es que en los últimos 40 años ningún experto ha defendido la denominación castellanizada». «Los políticos no debemos ponernos la capa de historiadores ni de filólogos, tenemos que hacer de políticos».