La alcaldesa de Castellón, Amparo Marco, con la intención de «atenuar el impacto de la contribución urbana en el bolsillo de las familias, después de que el IBI subiera de forma notoria en los últimos años por la decisión de los gobiernos central y local del PP», ha solicitado a la Gerencia Territorial del Catastro una nueva bajada del 9,3% en el valor de los inmuebles, que es el importe sobre el que se aplica el impuesto.

De aprobarse, esta sería la segunda revisión consecutiva solicitada por el gobierno municipal y se haría efectiva en el recibo que llegará a los domicilios en el 2019. La primera rebajó un 9,1% el precio de las viviendas e inmuebles sobre el que se calcula el IBI. La medida supondrá, según fuentes municipales, un descenso acumulado en dos años consecutivos del 15%.

Así, una vivienda que en el 2017 estaba valorada en 100.000 € , experimentó una rebaja en el 2018 por este concepto hasta alcanzar los 91.000 €. Con el nuevo coeficiente, pasará a tener un valor catastral de 84.630 €.

Desde el Ayuntamiento incidieron ayer, además, en su decisión de reducir el coeficiente municipal que determina el importe final del IBI. Si con el anterior gobierno del PP se situaba en el 0,7875%, en el 2017 se bajó al 0,7475%, para situarse en el 2018 en el 0,69%. El resultado final de estas modificaciones supone que «la mayoría de los inmuebles de Castellón han pagado ya menos de IBI este año».

Desde el consistorio se explicó que una comisión municipal se está encargando de revisar las ordenanzas fiscales y «en ese marco de diálogo político se analizará en las próximas semanas si se procede a un nuevo ajuste del coeficiente para frenar la subida del IBI que impulsaron los gobiernos anteriores, siempre que no afecte a la suficiencia financiera municipal». Los valores catastrales también afectan al IRPF, a las plusvalías o a las herencias