Tras siete años cerrado, el centro de día de alzhéimer la Pineda de Castellón reabrirá al público este 2019, previsiblemente en primavera -como ya avanzó este periódico-, tras múltiples gestiones del actual equipo de gobierno para volver a ofrecer en la capital un necesario servicio que se eliminó en la anterior legislatura, en 2012, por problemas en la licencia del centro, al estar ubicado en propiedad privada. Comprado el edificio en el que se asienta -además del resto de los terrenos del viejo acuartelamiento de Tetuán XIV que todavía no eran municipales- se está reformando y ampliando el inmueble, con una inversión de 1,3 millones, la de mayor cuantía en materia social de todo el mandato.

La alcaldesa, Amparo Marco, acompañada de técnicos y de los concejales de Urbanismo, Rafa Simó, y de Bienestar Social, José Luis López, recorrió ayer la Pineda, durante la recepción de las obras de la primera fase -valoradas en 760.000 euros- y cuando están a punto de empezar las de la segunda, que suponen otros 520.000 euros y se centran en la construcción de un módulo anexo a la construcción más antigua. Es, según Marco, «una inversión social y ética» que va a permitir recuperar «un servicio esencial para mejorar la calidad de vida de los enfermos de Alzheimer y de sus familiares».

EL TRIPLE DE PLAZAS // Reabrirá con capacidad para 56 personas -prácticamente el triple de las que ofertaba hasta el 2012- y para ofrecer atención diurna especializada a personas que precisan de ayuda para la realización de las actividades básicas y/o instrumentales de la vida diaria, para mantener, preservar o mejorar la funcionalidad de los usuarios y también servir de apoyo a las familias.

La superficie construida de la primera fase que acaba de terminar es de 700 m², y la que está a punto de empezar sumará otros 375 m2 al centro de día.