Teniendo en cuenta las trágicas cifras que la pandemia del coronavirus está arrojando, sin duda hay que felicitarse por superar la enfermedad. Este es el caso de María Rodríguez, una castellonense de 39 años que comenzó a sufrir los primeros síntomas el pasado 18 de marzo: “Me sentía bastante mal y me dolía todo el cuerpo. Tenía 37,9º de fiebre, pero después de hacer los test en Internet de Conselleria y del Ministerio me salía que no podía estar afectada por la covid-19, así que me sentí aliviada y volví a trabajar”.

Los síntomas, lejos de remitir, fueron en aumento: “Me bajó un poco la fiebre, pero me dolía muchísimo la cabeza y me sentía muy cansada. Vino después la pérdida del olfato (no olía la lejía ni poniendo la nariz en el envase), y del gusto”. Es por ello que llamó al teléfono habilitado para atender a pacientes de coronavirus: “Llamé y llamé, pero no había manera. Estaba colapsado”. Finalmente sí pudo contactar este servicio, que le aseguró que sus síntomas estaban relacionados con el coronavirus y que llamara al centro de salud para tramitar la baja. “El médico me llamó y me recetó medicación, pero para recoger la baja había que ir al ambulatorio, lo que me sorprendió porque estábamos en estado de alarma. Finalmente, después de que incluso desde Atención al Paciente me dijeran que me la debían mandar de forma telemática, tuvo que acudir al centro de salud, con el consiguiente riesgo para las personas que allí trabajaban o de las que me podía encontrar por la calle”.

Después de pasar dos semanas en cuarentena en su casa y de recuperar paulatinamente la normalidad (está deseando este sábado volver a hacer deporte), María lamenta que pese a que su baja se tramitó como covid-19 todavía no ha podido pasar un test “que diga si realmente he pasado el virus o no. Lo he pedido por activa o por pasiva, pero me dicen que es imposible”.

Una boda frustrada… de momento

También lamenta María y su pareja que el próximo 20 de junio iban a contraer matrimonio y como es lógico han tenido que aplazar el enlace: “Lo hemos fijado para septiembre, pero ya veremos. Lo teníamos todo muy avanzado, el viaje, el traje… y de momento ni me he podido probar el traje después de pagar el 50%, ni me han devuelto lo que habíamos adelantado del viaje”. En resumen, toda una odisea que afortunadamente a efectos de salud no ha tenido consecuencias en la joven: “Por suerte y por lo que veo, lo mío fue leve. Sí es verdad que nunca había tenido esos síntomas y te asustas un poco, pero no pasó a mayores”. Y nosotros que nos alegramos.