El número uno de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Castelló, Alejandro Marín-Buck, se queda con la portavocía del grupo, rechaza la dedicación exclusiva ofrecida por el equipo de gobierno -que le obligaría a dejar su trabajo como ginecólogo en el Hospital Provincial y limitaría su sueldo a 39.277 euros brutos al año- y cobrará por asistencia a plenos y comisiones -con lo que apenas superará los 200 euros al mes del consistorio, pero pudiendo compatibilizarlo con su empleo-. Se queda así con la proyección pública que le da ser el portavoz, pese a que el peso de la gestión diaria recaerá en sus otros tres compañeros de grupo, especialmente en el que se queda como portavoz adjunto, Vicente Vidal, que tendrá una dedicación parcial del 75% (29.457 euros brutos) y la representación del partido en la mayoría de comisiones de trabajo. Ya al primer pleno de legislatura, el 4 de julio, no acudió al estar de vacaciones.

Marín-Buck optó por esta vía ayer, durante una reunión del grupo en el consistorio a la que acudió la secretaria de organización y diputada nacional Sandra Julià, quien fue su principal valedora en el controvertido proceso para auparlo como candidato a las elecciones y desbancar a quien era la apuesta oficial del partido, Jesús Merino. Una maniobra que llegó al juzgado.

DEJA PERDER UNA EXCLUSIVA // La intervención de Julià en el encuentro de ayer habría podido forzar la decisión de Marín-Buck de quedarse como número uno y no ceder la portavocía -lo que implica que se pierde una dedicación exclusiva que podría haber asumido otro edil-, porque a estas alturas y después de la polémica que se arrastra sería difícil de explicar que no quisiera ser la voz de Cs o incluso que rechazara el acta de edil y se marchara.

Además, según dijo ayer públicamente, en el pleno de sueldos del próximo jueves podría votar en contra, rompiendo así la disciplina de partido, que se abstuvo anteayer en comisión a la propuesta. Quien también rechaza la dedicación exclusiva es el portavoz de Vox, Luciano Ferrer.