La llegada del calor ha hecho estallar de vida las múltiples zonas con agua acumulada tras una primavera con récord de lluvias, el caldo de cultivo perfecto para la eclosión de mosquitos. Un problema ya endémico en la marjal.

Las cinco asociaciones vecinales de la zona (Marjaleria, Plana Entrilles, Meridiano, Camí Fondo y La Coloma) llevan tiempo reclamando soluciones ante un problema que les obliga, a menudo, a encerrarse en sus alquerías, fincas, casas... debido a las picaduras de los insectos. Un frente común que se resume, prácticamente, en una petición: una mayor fumigación de los humedales.

Daniel Montel (Marjaleria y La Coloma) admite que «se fumigó en su momento, pero ahora no he vuelto a verlo y la situación va a peor». Jorge Begues, de Plana Entrilles, apuesta por una medida más radical que choca contra la opinión de asociaciones ecologistas. «La situación no mejora y el Ayuntamiento no hace lo suficiente», opina. Así, dibuja el siguiente escenario. «El camión sí fumiga, pero no pasa ni con la frecuencia que debería, ni por todos los caminos, ni con el alcance necesario de la bomba para erradicar el problema», comenta. A juicio de Begues, todo sería bien distinto con una actuación desde arriba. «Se ha demostrado a las claras, en otras zonas, que la fumigación aérea es la más efectiva». José Carlos Mas, de la asociación Meridiano, constata que «en nuestra zona vamos a peor». «Hay mucha hierba y humedad, así que te comen los mosquitos». «Todos los años tenemos el mismo problema», añade Mas. Manuel Ferrara, de la asociación Camí Fondo, insiste en que «todas las asociaciones del entorno tenemos la misma reivindicación: que se sulfate más». La Marjaleria luce exhuberante pero esconde un problema: los mosquitos.