En sus primeros pasos, la campaña citrícola ya comienza a mostrar varios síntomas que la diferencian de las precedentes. El aumento de la producción prevista (en torno a un 22,5% en la provincia), para igualarse a una campaña «normal», como señala el aforo de la Conselleria de Agricultura, es una muestra. También ha venido condicionando la temporada (al menos en sus primeros escarceos y si no lo remedian lluvias más copiosas) el déficit hídrico del territorio provincial. Además de elevar los gastos de cultivo, esta falta de precipitaciones, añadida al aumento de producción, ha provocado una reducción del calibre de la fruta.

En cuanto a la comercialización, la ampliación del plazo para que Sudáfrica envíe naranja a la Unión Europea hasta el 30 de noviembre supone una amenaza añadida, tanto para las empresas comercializadoras como para los agricultores, que pueden ver reducidos sus ingresos por la fruta que recolecten. Incluso para el empleo del sector puede ser un riesgo extra. Para luchar contra ello, las empresas buscan nuevos mercados a los que exportar... y también se ven amenazadas por otras zonas productoras.

Diferenciarse a través de un buen servicio

En un mercado globalizado, y a pesar de que la Comunitat y Castellón siguen siendo una referencia mundial, las empresas provinciales tienen cada vez más competencia. Entre el resto de zonas productoras, el presidente de la patronal provincial, Jorge García, tiene claro de donde viene la principal amenaza: «Cada día que pasa Marruecos es más peligroso». Un motivo es la diferente escala de los costes en el país africano. Además de unos salarios más bajos, las explotaciones se planificaron desde el inicio con una concepción empresarial. Asimismo, disfrutan de la posibilidad de utilizar productos que en la Unión Europea están prohibidos. Así, el máximo dirigente de Asociex lo tiene claro: «Los marroquís son más competitivos. Nosotros somos mejores en el servicio a las empresas; llevamos la fruta a su puerta y ellos tienen que ir en barco. A nosotros nos pueden pedir un camión hoy y pasado mañana tenerlo en Francia o en Suiza... o en tres días en Berlín».

La diferenciación del producto castellonense a través del servicio a las compañías distribuidoras es así uno de los aspectos clave para aumentar cuota de exportación esta campaña, algo que el sector desea después de la ligera reducción de la pasada temporada por la caída de producción.

El perjuicio de Sudáfrica puede ser «brutal»

El buen hacer de las firmas también será clave para frenar la nueva amenaza que se cierne sobre la citricultura castellonense con la ampliación del plazo de la Unión Europea, el principal mercado de la provincia, para importar fruta de Sudáfrica, cuyo impacto puede ser «brutal», según García. Aunque la calidad de la fruta provincial es mucho mayor, y más en esta campaña, cuando todos coinciden en las excelentes cualidades organolépticas de la producción castellonense, el sector ya ha alertado de que puede suponer un perjuicio gravísimo para el campo provincial.

La Unió lo ha estimado en unos 20 millones de euros (y eso que Castellón es la provincia autonómica menos perjudicada, al ser más tardía). Pero en el cálculo no se tiene en cuenta el más que posible efecto arrastre que un mal inicio de campaña en cuanto a cotizaciones puede tener sobre la clemenules, sino que solo se ha calculado sobre las variedades tempranas de mandarinas y de naranja navelina, que se comenzará a recolectar en breve.

Los precios empiezan un 20% por debajo

Y es que este descenso en las cotizaciones ya se está dando en todas las variedades, según las estimaciones de la Mesa de Cítricos de la Lonja de Valencia y de la propia Conselleria de Agricultura. En clemenules, concretamente, la reducción está entre un 10 y un 20%, aunque los responsables de cítricos de la Unió y de Fepac, José Ramón Urbán y José Francisco Nebot, respectivamente, se decantan más bien por este segundo porcentaje. Y cuando una campaña arranca de esta manera, «después cuesta mucho de levantar», afirma Urbán. Según el último boletín de la Lonja, la clemenules se cotiza a entre 0,212 y 0,259 euros el kilo.

Existe además en esta campaña el peligro añadido para los agricultores de que parte de su fruta se quede sin recolectar por culpa de la falta de calibre.

La sequía se come 19,7 millones en gastos

Y es que la falta de lluvias ha provocado que mucha de la naranja no tenga calibre suficiente para salir al mercado. Tanto es así que desde Fepac se estima que, si solo se tiene en cuenta la cantidad de fruta susceptible de ser comercializada, el aumento de producción en la provincia tan solo es «del 8%», según su secretario general, Doménec Nácher. Pero, además, la falta de precipitaciones ha provocado otros perjuicios a los agricultores, en forma de mayor número de riegos y de tratamiento fitosanitarios, que han conllevado que hayan tenido que invertir 19,7 millones más para sacar su producción adelante.

A pesar de ello, y si la climatología responde, en Asociex esperan que la que comienza sea una «campaña excelente» para la citricultura provincial. H