El alcalde de Suera, filósofó y profesor, José Martí, ya es el primer presidente socialista de la Diputación de Castellón después de 24 años de gobiernos populares.

Fue elegido ayer, como estaba previsto, con los 14 votos de PSPV (12) y Compromís (2) que le otorgaron la mayoría absoluta con la que trabajará, dijo, por una institución que será la de la concertación con los ayuntamientos, los verdaderos protagonistas; la de la coordinación con la Generalitat valenciana; y la de la pelea contra el peor problema que afronta la Diputación, la despoblación de los municipios del interior, una lucha para la que aseguró que se «creará un lobi o lo que sea necesario». En un tono distendido, pero también firme a la hora de trazar las líneas clave de lo que será su gestión, Martí insistió en el valor de lo rural, no ya como entorno de lo agrario, sino como símbolo de «bienestar, calidad de vida, naturaleza y salud».

«Ahí está la batalla», señaló, en lograr identificar el interior de Castellón con estos conceptos, «sin dialéctica de confrontación» entre el pueblo y la ciudad. De hecho, reiteró que la undécima legislatura que arranca ahora será «la de todos», sin olvidar en absoluto a las poblaciones grandes, aquellas que, recordó, aglutinan al 80% de la población.

colaboración // Si situó a los ayuntamientos en el primer plano del protagonismo, aseveró que la Diputación también es administración local y abundó en la idea de la colaboración con la Generalitat, en el sentido también que ya había avanzado, de aligerar a la institución de competencias que le son impropias, entre las que caben muchas que el Consell que preside Ximo Puig ya quiso recuperar en su día para la Administración autonómica, sin éxito, como deportes o turismo.

Precisamente ayer, el president Puig, quien participó en el acto formal de constitución de la nueva Diputación, ratificó su voluntad de «continuar avanzando y profundizar en una cooperación que permita hacer frente a retos tan importantes como la despoblación o la capacidad de hacer que los ayuntamientos presten los servicios públicos necesarios para todos los ciudadanos».

EL RELEVO // José Martí, quien recibió la vara de mando de la Diputación de manos de la diputada más joven, María Jiménez, con quien compartió la mesa de edad, y no de su predecesor, Javier Moliner Gargallo, tuvo palabras de reconocimiento para este último y su gestión. Afirmó que los socialistas rompen «el orden natural de las cosas» al conseguir «que sea el maestro el que venga a sustituir al alumno», en alusión a Moliner, a quien dio clase en el IES Penyagolosa. Valoró su absoluta «predisposición al consenso, el acuerdo y el pacto», así como admitió que «ha pacificado la institución y ha hecho que volviera a ser lo que era, un ayuntamiento de ayuntamientos».

En un acto multitudinario en el que, además de Ximo Puig y su antecesor, el nuevo presidente estuvo arropado por la alcaldesa de Castelló, Amparo Marco Gual; y la subdelegada del Gobierno, Soledad Ten, entre muchos otros cargos públicos, José Martí quiso cerrar su intervención con una invitación tanto a los diputados de Compromís, socios de gobierno, como a los de la oposición, populares y de Ciudadanos a poner en práctica durante la legislatura que comienza ahora «la palabra y la racionalidad» por «el bien de la gente de nuestros pueblos y ciudades, por el bien de todos los castellonenses».