Una parte de los más de 13.000 estudiantes de la Universitat Jaume I tomaron este lunes de nuevo el campus del Riu Sec desde la declaración del estado de alarma con el inicio oficial de la actividad lectiva del nuevo curso académico en una jornada que transcurrió sin incidentes remarcables ni aglomeraciones en las instalaciones.

Y es que, la otra parte del alumnado, siguió las primeras lecciones, mayormente una toma de contacto, a través de las herramientas digitales dispuestas por la institución, ya que este primer semestre se caracterizará todavía por su carácter semipresencial.

La rectora, Eva Alcón, valoró la «normalidad» con la que se desarrolló el primer día y expresó su «satisfacción por recuperar la docencia presencial en el campus». Un extremo que suscribió la portavoz del Consell de l’Estudiantat, Laura Alcaide, que valoró que «todo ha ido mejor de lo que esperábamos y no ha habido incidencias importantes tampoco en la docencia», al tratarse solo, según la universidad, de «fallos habituales de un inicio de curso, que se han ido resolviendo por los servicios técnicos», como claves caducadas o errores en las conexiones.

El ambiente universitario inundó de nuevo todas las instalaciones desde primera hora de la mañana, aunque con hábitos que estos espacios todavía desconocían como las mascarillas o las distancias de seguridad. Incluso el ágora se convirtió en algún momento en el escenario de alguna de las clases, aprovechando que el tiempo todavía lo permite.

Prevención

En este sentido, Alcón recordó la necesidad de que toda la comunidad universitaria «actúe con responsabilidad, prudencia y solidaridad en un curso atípico que exigirá capacidad de respuesta para adaptarse a la pandemia».

Entre las principales medidas de prevención que la UJI ya aplicó ayer se pudo ver cómo los universitarios hacían uso de los termómetros murales instalados, las clases eran menos numerosas de lo habitual o el personal velaba por el cumplimiento del protocolo.