El colectivo de la tercera edad, con los viajes subvencionados del Imserso y de Castellón Sénior, ayudará a llenar los hoteles de Castellón durante la temporada baja del 2017-2018, desde este otoño hasta la primavera del próximo año, y gracias a 37.187 jubilados, sumando ambos programas de turismo social.

El plan vacacional del Ministerio de Servicios Sociales, a través del Imserso, dará cobertura desde este octubre hasta mayo y cuenta en esta edición con 26.480 plazas en los seis hoteles participantes --uno menos que en la anterior convocatoria--, según apuntó ayer el delegado de la adjudicataria Mundo Sénior en Castellón, Carles Prieto.

El impulsado por la Diputación, Castellón Sénior, beneficiará a 10.707 mayores castellonenses de 65 años o más, y a los alojamientos de litoral e interior participantes durante un periodo de ocho meses: de septiembre a junio o julio, según programa.

ANDALUCES Y VASCOS / ¿Qué novedades trae el Imserso? Inicialmente, un refuerzo de plazas, pues según indicaron desde Mundo Sénior, «se han programado 26.480, unas 2.000 nuevas respecto a las que resultaron ocupadas en la provincia en 2016-2017, y que se situaron en 24.148», concretó.

Los turistas séniores de toda España que elijan como destino de sus estancias del Imserso la costa de Castellón, vuelven a contar con Peñíscola y Vinaròs, pero con un hotel menos. En su mayoría, han elegido Castellón en sus reservas, sobre todo, mayores procedentes de Andalucía, País Vasco, Galicia, Baleares, Cantabria y Cataluña, «y llegarán por carretera, tanto en transporte organizado como en vehículo propio».

Los primeros grupos de jubilados del Imserso llegarán a partir del 12 de octubre, después del puente, según avanzó el presidente de la asociación de empresarios turísticos de Peñíscola (Agretur), Francisco J. Ribera.

«Pese a que varios establecimientos de la localidad tienen programado su cierre para después del puente del Pilar, lo cierto es que octubre parece arrojar nuevamente una previsión positiva en cuanto a ocupaciones, ya que se repite el flujo de contingentes de turismo social (Imserso, Casellón Sénior, operativas de ayuntamientos y comunidades autónomas, grupos de entidades o asociaciones de jubilados...).

Para los que permanezcan abiertos, se espera rondar un 65% de ocupación como mínimo, agregó, «lo cual es un buen dato y permite estirar la temporada a varios de los alojamientos con acuerdos de colaboración con los gestores de estos contingentes».

El empleo turístico, eso sí, se ajustará al descenso de ocupación tras la temporada alta estival. «Lógicamente, se han ido extinguiendo desde el 11 de septiembre numerosos contratos temporales, pero aun así, las plantillas actuales siguen siendo más altas que en los meses primaverales. La merma de personal radica en los servicios especiales de verano que no dependen de la ocupación (animación, socorristas, botones...) y, en menor medida, limpieza de habitaciones y personal de sala o camareros, cuyos ratios se reajustan en función del nivel de ocupación. Se prevé un recorte adicional a final de mes y sobre todo después del puente de octubre», puntualizó Prieto.