La gastronomía se adueñó ayer de las fiestas de Sant Pere del Grao. Ambiente de alegría, diversión y júbilo en las ya clásicas paellas populares que desde hace una década asientan sus reales en el paseo Buenavista el viernes de la semana grande grauera, en el inicio de la recta final de los festejos patronales del distrito marítimo, un acto organizado e impulsado por la Autoridad Portuaria y la tenencia de alcaldía del Grao que suman esfuerzos para que cada año este acto tenga más fuerza y que Sant Pere no solamente sean actos taurinos, que también.

Peñas, collas, grupos de amigos, compañeros de trabajo, miembros de instituciones y personajes de la vida social y económica del Grao disfrutaron primero con la elaboración de la paella, en un ritual para consumados chefs, y, después, con la degustación de este internacional plato que ayer más que nunca tuvo sabor grauero. Y es que no solamente hubo paellas, también alguna fideuà, como la cocinada por la peña Anem a pixar. Unas paellas, más de un centenar, regadas por litros y litros de cerveza, y también sangría, como bebidas habituales en estos días de fiesta.

MAYOR PARTICIPACIÓN // Así, al ritmo de las charangas, y bajo un sol de justicia que hizo más brillante si cabe el encuentro de miles de graueros en una de las jornadas de mayor participación popular de los festejos, vecinos y visitantes del distrito marítimo.

Cómo no, la comisión de fiestas de Sant Pere, encabezada por las reinas Natalia Albert y María Gómez, y sus respectivas cortes de honor, presidieron una manifestación popular. La alcaldesa, Amparo Marco, visitó cada una de las paellas que se fueron elaborando en un concurrido y multitudinario paseo Buenavista. H