En los capítulos de mi vida cuando ya había sobrepasado mi primera juventud y empezaba a hacerme adulto, en los muy pasados años sesenta del siglo XX, coincidiendo con mi estancia en la Librería Armengot y mis colaboraciones radiofónicas con la emisora de la Ser, Radio Castellón, apareció en mi vida la oportunidad de convertirme en empresario y presentador de entornos del mundo del espectáculo, casi coincidiendo con mi protagonismo en el ambiente del ciclismo, con responsabilidades incluidas además de informador en prensa y radio, también como delegado de la propia Federación Española.

Bueno, pues, como ya se señala en el titular de la página, el protagonismo de hoy es para el cantante Raphael y el parador magdalenero Hostal de la Llum, con el que apareció muy pronto la sala Tombatossals, invierno y verano, la Pérgola de Ribalta, El Caserío de Villarreal y la sala Bohío, en Benicàssim, junto al hotel Orange, recién inaugurado.

Avanzados ya los años sesenta, Raphael vino a Castellón. Supimos de él cuando en 1962, y tenía 19 años, ganó inesperadamente el Festival de Benidorm. De los tres o cuatro años de celebración nos llegaban Comunicando o El telegrama, aunque la canción con la que Raphael fue ya popular fue con su Llevan, al tiempo también aparecía Julio Iglesias.

Otro pionero fue el Dúo Dinámico. Pero cuando nacieron Los Brincos, Los Mustang y Los Sirex, cuando los grupos surgían de cada punto de España y a ellos les sucedieron los cantautores y después los solistas, el pop español empezó a tener su propia personalidad. Una forma de entender la música acorde con los gustos. Y se habló del rock español, con los deseos y las frustraciones de unos jóvenes que colaboraron con su música y sus actitudes al cambio social que España ha conocido.

Miguel Rafael Martos Sánchez, pues esa era su filiación, había nacido en Linares, de Jaén --al igual que Teresa, una de mis consuegras-- el día 5 de mayo de 1943.

Contrajo matrimonio en 1972 en Venecia, con Natalia Figueroa, dama ilustre, hija de los Marqueses de Santo Floro y nieta del Conde de Romanones. Tuvo lugar un 14 de julio. Tuvieron tres hijos, Jacobo, Alejandra y Manuel.

Lo cierto es que la semana pasada, volvió Raphael a Castelló, para intervenir en una gran gala popular en nuestra plaza de toros, a cien metros de donde estuvo plantado por Magdalena el popular Hostal de la Llum.

En un espacio de mi despacho, tengo guardados tantos y tantos recuerdos de aquel tiempo, entre 1962 y 1970. Con Julio Iglesias y con Juan Manuel Serrat, con Los Cinco Latinos y Peret, con Tip y Coll y Mari Carmen y sus Muñecos, con Rocío Jurado y La Chunga, con las Hermanas Benítez, en fin, con todas las primeras figuras del mundo del espectáculo de aquellas recordadas épocas.

Aunque múltiples, son pequeños detalles que me llamaron la atención y que ahora, cuando el personaje --como es el caso de Raphael-- dota de actualidad su nombre en Castelló, algo me obliga a recordarlo. Aquel día, en el camerino donde yo me personaba para pactar con el artista su salida a la pista escenario del local, tuve ocasión de observar como Raphael se ataba el nudo de la corbata. Se llama así porque la usaban los soldados de caballería croatas. Doña María Moliner, cuando se lo pregunto, me aclara que se trata de la banda de tela que se pone alrededor del cuello y atada por delante con un lazo o nudo, como adorno o bien complemento del vestido.

Bueno, pues ya es sabido que el nudo provoca dos porciones de corbata, con una parte grande y vistosa y otra parte más estrecha, para que puedan anudarse cómodamente. Y Raphael, al hacerse el nudo, dejaba colgar el lado vistoso hasta más abajo de la cintura. Y como yo tengo la costumbre de anudarme la corbata todos los días, siempre recuerdo al cantante y su forma de anudarse la corbata que cuelga hasta más abajo de la cintura.

ES AQUEL. Un compositor llamado Manuel Alejandro es quien más contribuyó a conseguir éxitos con sus canciones. Con ellas, Raphael participó en numerosos festivales y concursos. Participó representando a España en el Festival de Eurovisión en 1966, con Yo soy aquel. Y en 1967 lo hizo también con la canción Hablemos del amor. En ambos casos consiguió la clasificación de sexto. Es cuando estaba haciendo la mili. Y cuando esta acabó, filmó su primera película titulada Cuando tú no estás. Fueron los años en que los agentes apellidados Gordillo y Castilla intervinieron en su contratación para actuar en Castelló por Magdalena. En una de las ocasiones, lo hicieron también con los responsables del Parador So Nelo, de València, en días de Fallas, al tiempo que en Castelló.

Así que hubo que contratar un coche especial y dos motoristas de tráfico, oficiales, para que inmediatamente después de cantar aquí a partir de las once de la noche, ya pudiera desplazarse a València y poder empezar en el parador de fallas un poco después de las doce. Con él viajaron a toda velocidad aquellos éxitos musicales de entonces como el arrollador El pequeño tamborilero y Como yo te amo, Qué sabe nadie, Escándalo, Digan lo que digan…

En 1967, Raphael consiguió su viejo sueño, presentarse en el Olympia de París. A partir de ahí obtuvo gran proyección internacional, actuando en el Madison Square de Nueva York y tumultuosos recitales en Madrid.