Que los sanitarios son los profesionales que más cerca se encuentran del coronavirus es innegable. Sin embargo, no son los únicos que, por su trabajo, ponen en riesgo su propia salud para ayudar a los demás. Los policías locales y bomberos son otros de los héroes de carne y hueso de esta pandemia. Precisamente, cuatro de los agentes de la plantilla de Castelló se encuentran ahora en aislamiento después de la detención este viernes de un hombre, con síntomas de coronavirus, que apaleó a su gato hasta la muerte --el animal falleció ante el veterinario por las graves lesiones causadas a golpes--.

Los efectivos acudieron a un domicilio de la calle Taronger de la capital ante el aviso de los vecinos. Allí encontraron a un hombre con antecedentes que había agredido brutalmente a su gato y se encontraba fuera de sí. Los policías lo arrestaron por un presunto delito de maltrato animal y auxiliaron al felino. Durante la intervención, el arrestado dijo que se encontraba muy nervioso porque su madre había dado positivo por covid-19 y que él necesitaba medicación. Ante esta confesión, los agentes llevaron al varón al hospital, donde un médico confirmó que él también tenía síntomas compatibles con la enfermedad. Los efectivos, aunque llevan mascarilla para protegerse, han tenido que ponerse en cuarentena por el contacto mantenido con el posible infectado, que quedó ingresado.

Accidente

No es la primera vez en los últimos días que los policías deben coger la baja por sus actuaciones. Tres bomberos y dos agentes se pusieron en aislamiento la semana pasada tras intervenir en un accidente de tráfico en la ronda Norte. Tras una colisión entre varios vehículos, ayudaron a una mujer a salir del taxi en el que había quedado atrapada. Cuando fue excarcelada, dijo a los policías que venía de realizarse las pruebas del coronavirus porque su marido había dado positivo. Por suerte, los resultados de la mujer fueron negativos y los efectivos pudieron reincorporarse.