La tendencia está clara. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) indicó ayer que las noches tórridas, es decir, aquellas en las que la temperatura mínima es igual o superior a 25 grados, se han multiplicado desde hace casi 40 años, así como el número de días en los que se superan los umbrales de temperatura de ola de calor en la Península. Por contra, los episodios fríos se han reducido un 25%. Por tanto, a nivel climático, cada vez el calor es más sofocante y el frío resulta menos intenso.

Además, las olas de calor registradas en junio en España, cuando tienen más consecuencias al no estar el cuerpo aún aclimatado al calor, son ahora diez veces más frecuentes que en los años 80 y 90. «La cantidad de energía que se usa para refrigerar las casas, edificios u oficinas ya es mayor, desde hace aproximadamente tres años, que la cantidad que usamos para calentarlas», apuntaron desde la Aemet.

esperanza de vida // Los expertos han puesto el foco en lo que esta situación puede suponer para la esperanza de vida. Y es que, según una investigación realizada por el Instituto de Salud Carlos III en colaboración con Aemet, cada día con ola de frío la mortalidad media aumenta en 3,5 personas, situación similar a cuando hay una ola de calor.