Hay historias de éxito que provocan daños colaterales. El aumento de la esperanza de vida es el triunfo de los sistemas de salud y protección social, pero en paralelo ha traído un incremento de la edad media de los trabajadores. Un alza alentada también por la baja natalidad y la prolongación de la vida laboral. ¿La consecuencia? Unas plantillas cada vez más envejecidas, un fenómeno que plantea importantes retos tanto para las empresas como para las administraciones públicas.

Que entre los trabajadores de Castellón abundan las canas es algo que demuestran las cifras de la última Encuesta de Población Activa (EPA). De los 245.000 ocupados con los que cuenta la provincia, 41.800 tienen más de 55 años, es decir, casi el 20%, todo un récord y prácticamente el doble que hace veinte años. En el 2000, los más veteranos eran 25.500 y solo representaban el 11,3% de los ocupados. Y lo peor, dicen todos los pronósticos, está por llegar: hoy la edad media de los trabajadores es de 42 años, pero en 2020 podría superar los 44, una escalada que pone en entredicho el aumento de la productividad y el avance de la digitalización de la economía, que está relacionada con los trabajadores de edades más tempranas.

De los casi 42.000 profesionales que en Castellón superan los 55 años, algo más de 17.000 se van a jubilar dentro de muy pocos años. De hecho, 17.321 trabajadores tienen más de 60 años, por lo que su retiro del mercado laboral está a la vuelta de la esquina. Médicos, agricultores, profesores y también funcionarios son algunos de los colectivos con las plantillas más envejecidas.

El envejecimiento de los trabajadores de Castellón es todavía más grave en el caso de los profesionales por cuenta propia. De hecho, de los 22.854 autónomos personas físicas con los que cuenta Castellón, el 27% tiene más de 55 años, según la última estadística del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. «El peso de los autónomos de más edad está aumentando y, por eso, consideramos necesario impulsar medidas que faciliten el relevo generacional y la sucesión empresarial», explican desde la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA).

MENOS JÓVENES en el ‘tajo’ // A la misma velocidad con la que crecen los trabajadores que en Castellón tienen más de 55 años, baja el peso de los profesionales más jóvenes. Un dato: en la provincia los ocupados de menos de 24 años apenas representan el 6,76% (16.600 de un total de 245.300), justo la mitad que hace dos décadas. En el 2000, quienes trabajaban y contaban entre 16 y 24 años eran 31.600.

La población juvenil que trabaja se ha hundido y la explicación hay que buscarla en una combinación de factores. De una parte, los efectos de años de tasas de natalidad a la baja. De otro, las secuelas que la dejado la última crisis económica: durante los años de bonanza, la provincia atrajo población inmigrante pero, al estallar la recesión se produjo el efecto contrario. Y, además, hubo jóvenes que optaron por buscar un empleo en el extranjero. Todavía hay otra explicación. Ante un mercado laboral cada vez más competitivo, cada día más jóvenes deciden alargar su formación y retrasar su incorporación al mercado laboral.