El aplazamiento de las Fallas de València a causa del coronavirus deja en el aire una de las fiestas más famosas del mundo, que este año se ha gastado casi ocho millones de euros en los 761 monumentos que iban a arder el 19 de marzo y estaba ya lista para recibir a un millón de personas.

El impacto económico que supondrá este aplazamiento --se han suspendido cinco años desde 1896 (por la guerra de Cuba, la guerra civil y una protesta ante una tasa municipal)-- deberá ser analizado por los responsables de unas fiestas que implican a docenas de miles de personas, entre artistas falleros, músicos, empresas del sector servicios, textil y de peluquería, hostelería y restauración, y en la que se involucran valencianos de toda edad.

Para esta edición, las comisiones falleras habían subido casi 85.000 € el presupuesto de sus monumentos, que este año sumarán 7.758.933 euros, con más de 5,8 millones para las fallas grandes y 1,9 para las infantiles.

761 MONUMENTOS / En total iban a plantar 761 monumentos, entre los que estaban los que más acaparan la atención de turistas y valencianos, los de la sección especial, que este año han respetado el límite de 14 metros de altura de sus fallas y, sobre todo, las municipales, fuera de concurso. Esta vez, la imponente falla grande, a medio montar, había costado 205.000 euros, mientras que la infantil, 28.500.