Raúl Resino, gracias a su buen hacer, ya era un cocinero estrella antes de recibir el prestigioso reconocimiento que cada año otorga la Guía Michelin. El que es, por méritos propios, uno de los cocineros más laureados de la provincia, entra ahora por la puerta grande de la élite culinaria con su nueva estrella.

Resino habla de los sentidos, del poder de seducción visual de las presentaciones, del placer de las papilas gustativas al degustar sabores, apreciar texturas, matices, temperaturas, del éxtasis olfativo de los aromas que desprenden sus platos… de sensaciones.

--¿Qué sintió nada más recibir la prestigiosa estrella Michelin la noche del miércoles?

--No se puede explicar con palabras, es magia, un sueño… y, aunque estaba invitado a la gala, no me esperaba recibir el galardón. No voy a negar que cuando recibí la invitación sí sentí una especie de cosquilleo en el estómago pensando en la posibilidad, pero apenas me duró unos segundos, la verdad, porque ya me daba por premiado con poder estar allí, compartiendo velada con auténticos cocineros galácticos.

--¿Habrá un antes y un después en su vida o en su negocio? ¿Le cambiará este premio?

--En absoluto. Como asumir los premios es una cuestión de madurez y, en mi caso, con 25 años en el mundo de la cocina y casi 40 años de edad, mi trayectoria ya está marcada y definida. Empecé con una línea de ir trabajando, aprendiendo, mejorando, investigando, sorprendiendo, evolucionando y voy a continuar así. La consecución de la estrella Michelin no ha sido un reto en sí mismo. Aunque inesperado, considero que es el resultado de años de trabajo y constancia, porque todo me lo he currado yo, pero también, es un reconocimiento a ese gran equipo que trabaja conmigo y a los productores y proveedores que tengo, que son lo mejor de lo mejor y me soportan con una paciencia infinita, porque soy muy exigente.

--¿El secreto del éxito es trabajar con productos de cercanía, como a usted le gusta decir?

--Esa es mi fórmula. Y funciona. Mi propuesta es un menú único elaborado con productos locales: pescado, marisco y huerta. Eso sí, de máxima excelencia y calidad. Si estuviese en el interior o en la montaña trabajaría con productos de proximidad de la zona, como carnes o embutidos. La cuestión es hacer algo diferente, que le guste a la gente y que repita.

--Esa cercanía que aplica a su profesión, también ha saltado al ámbito personal. ¿Sabe que mucha gente le cree benicarlando?

--Sí, y me enorgullece, no solo que crean que soy de aquí, pues aunque soy madrileño, me considero de la terreta, de la provincia. Siendo un niño venía aquí de vacaciones con mis padres. Mi padre se enamoró de esta tierra y aquí me vine. Mi mujer es de Vinaròs y abrí mi restaurante en Benicarló hace tres años y, con trabajo y esfuerzo, hemos salido adelante. Siempre digo que al principio el local que tenía era un chiringuito y ahora ya va adquiriendo una identidad y un estilo propio porque aprovechamos las vacaciones para ir haciendo reformas e ir mejorando siempre. Esa misma filosofía de trabajo la aplico en mi cocina, pero día a día.

--Si bien apenas han transcurrido unas horas desde que fuera premiado con la estrella Michelin, ¿ya ha empezado a notarse en las reservas?

--Sí, desde luego. El teléfono no deja de sonar. En ese aspecto sí ha sido un revulsivo, además del aluvión de llamadas que he recibido para felicitarme, que aprovecho para agradecer desde estas líneas que me ofrece Mediterráneo. Se han disparado las reservas, es una promoción excelente. Es más, mis camareros van a tener que ponerse al día con los idiomas porque ya hay extranjeros, franceses e ingleses, sobre todo, que llaman interesándose.

--¿Qué cree que le espera a partir de ahora, una vez logrado este éxito en la cocina y este reconocimiento a tanto esfuerzo?

--Nada que no haya habido antes. Simplemente que mi equipo y yo vamos a seguir en Benicarló aportando nuestro grano de arena para poner en el mapa gastronómico el nombre de esta ciudad, de la provincia castellonense y de la nostra terreta, sin egos, con modestia y siendo feliz con lo que hago, con mi mujer, mis hijos, mi familia, mis amigos y mi equipo de colaboradores.