Recuerdo ahora que yo acababa de incorporarme al área cultural del Ayuntamiento de Castelló cuando me causó profunda y grata impresión el toparme de lleno con una actividad y significación de la Banda Municipal, en la que destacaban gran parte de su trayectoria, con decidido espíritu, sus primeros maestros directores, Vicente Pascual Asensio, Eduardo Felip y Juan Garcés Queral, y también del subdirector Joaquín Beser, que habían rendido tributo de respeto y honores a todos cuantos habían intervenido a través del tiempo.

Bien, pues durante mi época como funcionario municipal, coincidí con el director Francisco Signes. Y él me habló de todos los directores anteriores a él. Con tanto entusiasmo que tuvo el gesto de organizar un concierto extraordinario en homenaje al compositor y también director Perfecto Artola Prats días después de su fallecimiento, que tuvo lugar en la ciudad de Málaga, el 23 de octubre de 1992.

En realidad, yo me encontré con la historia y la leyenda del director y compositor Artola, que estrenó aquí su poema sinfónico descriptivo Fadrell, estampes de Castelló en un mágico concierto el 30 de enero de 1983, con la batuta en sus propias manos al dirigir a la Banda Municipal de Castelló, en aquella ocasión solemne. Y desde entonces han venido apareciendo en los atriles de la agrupación musical gran número de composiciones del maestro de épocas y temática distintas. Aunque siempre de rica inspiración espontánea, melódica y de gran imaginación, pero que guardan los perfiles clásicos, tradicionales, como la obertura Romería a San Cristóbal, la suite El Maestrazgo, las páginas de ballet Caín y Abel, también la zarzuela Coraliyo o el pasodoble Castell de Culla, que a mí personalmente me place de modo especial porque se trata del aroma y el sonido de donde yo vengo…

SU VIDA. Hijo del labrador Antonio Artola y la alpargatera Demetria Prats, nació en Benassal el 30 de diciembre de 1904. Impulsado por el párroco organista mosén Leandro Alcalde, pronto se interesó por los temas musicales, recibiendo clases de solfeo, canto y flauta. Tuvo gran ilusión al ingresar en la Banda de Música de Benassal y fue muy sonado su nombramiento como dulzainero oficial del Ayuntamiento.

Ingresó voluntario en el ejército y fue destinado a Barcelona, donde estudió armonía y tuvo la suerte de acceder a la Banda Municipal de la Ciudad Condal, como especialista en el clarinete.

Eran novios casi que desde niños y contrajo matrimonio en Benassal con Felicidad Tena García. Tuvieron dos hijos, Desiderio y Perfecto, que eligieron igualmente el magisterio de la música como profesión vocacional. Era lógico. El mayor es también compositor, como su padre.

En 1929 ya cursaba en Madrid libremente contrapunto, fuga y composición con el maestro Vega Manzano. Después practicó la dirección en la Banda del maestro Pascual Marquina. Un espíritu y una vocación que le permitieron volcarse en el mundo de la música. Y aprobó las necesarias oposiciones para ingresar como clarinete principal en 1931 en la Banda Municipal de Málaga.

Y en la capital andaluza se afincó, aunque realizara esporádicas visitas a su pueblo natal. Y a Castelló, claro, siempre en contacto con los ambientes municipales. En 1945 ya fue nombrado director de la Banda Municipal de Málaga. Y sus años de fecunda creación se fueron sucediendo. Ya se dijo que «tenía un mundo interior tan abundante que necesitaba un trabajo para dar salida a su pasión de artista…».

En unos años creó y dirigió la llamada Agrupación Lírica Malagueña, obtuvo el título de director de Bandas Civiles de primera categoría y en 1950 renunció a la dirección de la Banda de Madrid, al tiempo que le atraía también el Conservatorio Superior de Música de Málaga, al que tuvo acceso como catedrático por oposición de la asignatura de clarinete, en 1956. Y después, en 1966, vino la Orquesta Sinfónica y la del Conservatorio del que también fue subdirector de 1970 a 1975.

VOLVER. Al jubilarse, su estancia por nuestras tierras de Castellón ya tuvo más continuidad. Es cuando creó tantas partituras de ambiente provincial castellonero. Fue en la década de los ochenta cuando en Benassal se sucedieron los homenajes, la concesión de la Insignia de Oro y la rotulación de una calle con su nombre, al igual que hiciera en 1990 el Ayuntamiento de Castelló.

Pero en los últimos años de su vida, se vio rodeado y agasajado por las hermandades y cofradías malagueñas. Es natural y justo, cuando Artola les había dedicado nada menos que 33 de aquellas marchas procesionales, lentas y solemnes, de gran hondura. El testimonio de su tumba se encuentra en el parque cementerio de San Gabriel, en Málaga y allí me conducen los títulos de sus marchas de la Semana Santa malagueña de las que Perfecto Artola fue su autor: Nuestro Padre Jesús el Paso, Credo del mutilado, Cristo de la Humildad, Merced, Hacia el Calvario, Presentación al pueblo, Nuestra Señora del Mayor Dolor, Virgen de Gracia, Coronación de la Virgen de los Dolores, Pregón del Rescate, Cristo de las Penas, Nazarenos del Rescate, Esperanza Coronada, Juventud Cofrade, Virgen de la Trinidad, Vera Cruz, Lágrimas, Soledad…

¡Qué fecundidad!

Amplio compositor para banda y orquesta, piano, guitarra, violonchelo, piezas corales. Y los pasodobles de concierto como Henri Bouché y el doctor Monferrer.

Todo merece un homenaje profundo para recordarle.