Evitar las aglomeraciones y el cumplimiento de las medidas sanitarias para evitar el desfase de los contagios que conllevaría una cuarta ola. Este es el ABC que deben cumplir los castellonenses durante estas fechas en las que la decisión del Consejo Escolar Municipal de que no haya clases en los colegios en la semana de la no Magdalena ha dejado en la calle a 32.500 niños y adolescentes con el consiguiente peligro de transmisión que esta situación puede conllevar en la capital de la Plana.

Expertos médicos consultados por Mediterráneo coinciden en señalar el peligro que pueden ocasionar estas multitudes para la propagación del virus entre la población si no se toman las medidas adecuadas y por este motivo hacen una llamamiento a la «responsabilidad». Desde el Colegio de Médicos, instan a los padres de los niños y adolescentes en que centren sus esfuerzos en cumplir la prevención evitando concentraciones lúdicas con participación de más personas de las permitidas por Sanitat. «Hay que ser cautos para evitar contagiarnos y contagiar a nuestros familiares porque un repunte de los casos puede meternos en una cuarta ola que nadie desea», afirmaron fuentes oficiales de esta entidad.

«Hay que ser prudentes, responsables y extremar las medidas de prevención evitando concentraciones», continuaron.

En el mismo sentido se pronunció Alejandro Calvente, presiente autonómico del Sindicato Médico. «Que no haya clases puede suponer un peligro si no se pueden evitar las aglomeraciones», destacó el profesional médico, quien recordó que los niños y los jóvenes «pueden ser transmisores del virus sin saberlo a sus padres y abuelos aunque ellos pasen la enfermedad de forma leve»,

«¿QUIÉN CONTROLARÁ?»

«¿Quién controlará ahora que se cumplan las medidas y que no se organicen fiestas clandestinas?», se preguntó Calvente, tras recordar la necesidad de respetar la distancia, llevar la mascarilla bien puesta, estar en espacios al aire libre, no compartir utensilios y la utilización del gel hidroalcohólico.

MÁS RIESGO

El médico Eugenio Figols destacó, por su parte, que el hecho de que los niños no vayan a clase durante esta semana «supone un mayor riesgo de contagio». «Por un lado, los adolescentes dispondrán de más tiempo libre y tendrán más oportunidad de salir con los amigos y aumentará, sin duda, el contacto social.

Por otro, si los padres trabajan y tienen que dejar a los niños más pequeños con los abuelos, conllevará también un riesgo, sobre todo, para un sector de la población más vulnerable ante el covid-19». En ese sentido, ahora «es una oportunidad para demostrar que somos responsables a la hora de extremar las precauciones».