Los médicos de familia han decidido plantarse ante la saturación que viven los centros de salud, un problema ya endémico que se ha visto incrementado por el coronavirus, al recaer en ellos el control de la pandemia y el diagnóstico precoz de casos. La decisión tomada por el Foro de Médicos de Atención Primaria de la Comunitat de «autorregularse» ante la «inasumible» demanda asistencial con medidas como la eliminación de horas extra, la dedicación a cada paciente del tiempo que necesite o las reticencias a realizar la consulta por teléfono, ya están siendo asumidas «de forma voluntaria» por los facultativos. Sin duda, esto puede conllevar graves problemas en la asistencia, que ya está generando malestar entre los pacientes. De ahí que la presidenta del Foro, María Ángeles Medina, haya lanzado un mensaje de tranquilidad a los usuarios: «Nadie se va a quedar sin ser atendidos. No vamos a dejar a los ciudadanos tirados, pero la asistencia no es de calidad y hay que solucionarlo».

«No somos superhéroes ni estamos haciendo dejación de funciones. Entendemos que los pacientes se quejen, pero nosotros no somos los culpables», apunta, al tiempo que señala directamente a la Conselleria de Sanidad, a quien acusa de no llevar a cabo un plan rápido con medidas concretas. La tensión entre ambas partes es cada vez mayor, teniendo en cuenta que no hay prevista ninguna nueva reunión, tras no haber alcanzado ningún acuerdo en la última.

Por su parte, el presidente del Colegio de Médicos de Castellón, José María Breva, advirtió ayer de que hay «grandes carencias» que están provocando gran «insatisfacción» entre usuarios y médicos, y reclamó a la Administración una atención «integral», con mayor inversión en medios humanos, técnicos e información, a través de una Dirección General de Atención Primaria.

Desde CSIF Castellón insistieron en que el colapso técnico lleva instalado semanas en todos los servicios «porque la Conselleria ha tomado la determinación de fiar a la teleasistencia el 90% de la atención sanitaria».