Disuadir a los pirómanos. Este es el objetivo de la Conselleria de Medio Ambiente, que prevé instalar una cámara térmica fija en el parque natural del Prat de Cabanes-Torreblanca para evitar incendios intencionados en este humedal de gran valor paisajístico. La intención es mejorar la vigilancia en este entorno, después de que el pasado año se registraran, con un solo mes de diferencia, sendos fuegos en los que estuvo detrás la mano del hombre.

Para avanzar en este proyecto, representantes de Medio Ambiente, departamento que ahora dirige Mireia Mollà, tenían previsto reunirse con mandos del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil para analizar cómo se implantaría la cámara y su colocación en un punto alto con suficiente visión panorámica, dado que este parque natural no cuenta con vegetación elevada.

Este dispositivo, además de su función disuasoria, permite, entre otros aspectos, proyectar sobre un mapa topográfico la superficie que se está quemando y conocer mejor la zona en la que actuar para sofocar un incendio.

En el informe anual que realiza Medio Ambiente sobre los incendios registrados, en el que se recopilan las hectáreas quemadas el pasado año en la provincia, se deja constancia de que la práctica totalidad de la superficie del parque (306 hectáreas) fue afectada por ambos incendios, el de febrero y el marzo. La extensión del área protegida que quedó sin dañar fue la de las zonas con lámina de agua, la parte situada más al sur y la zona más al norte, que había sido gestionadas con quemas prescritas el año anterior. Ambos fuegos, con cuatro focos distintos que generaron sendos perímetros independientes, se registraron bajo condiciones de un fuerte viento.