La imagen de cientos de medusas en las costas valencianas ha sido, año tras año, una de las estampas más típicas del verano y, aunque su número no ha disminuido, este año se ha percibido una menor presencia y un descenso drástico del 65 % de sus «picaduras» a los bañistas.

Así lo confirman también los servicios de atención sanitaria de Cruz Roja en la Comunitat Valenciana, que durante este verano han realizado 4.541 intervenciones médicas por contacto de medusas, un 65% que en 2016, cuando se atendieron a 12.711 bañistas.

En Castellón solo ha habido 135 atenciones. El investigador del Instituto de Ecología del Litoral Juan Guillén explica que la medusa que más pica, el clavel de mar, no ha llegado a estas costas porque los habituales temporales de levante que las arrastran «han sido muy flojos este año» y su afluencia es mayor entre junio y finales de julio.