Las matemáticas no suelen fallar. El goteo de negocios de venta al por menor que echa al por menor en la provincia (164 en el último año) tiene su traducción en el número de trabajadores autónomos vinculados al sector. De esta forma, en los últimos doce meses los trabajadores por cuenta propia relacionados con el comercio ha descendido en Castellón en 276 personas, desde las 10.738 de diciembre del 2017 a las 10.462 con los que se cerró el año pasado.

El dato es aún más llamativo si se tiene en cuenta que en la provincia el número de empleados por cuenta propia ha aumentado, aunque sea de forma modesta. Así, Castellón cerró el ejercicio con 40.778 autónomos, 240 más que el año anterior. Es decir, que en general el autoempleo no pasa ahora por su mejor momento y aún así aguanta, pero en el comercio la tendencia es opuesta. Ni siquiera las ayudas de las que disponen los emprendedores, entre las que destacan la tarifa plana de 50 euros al mes durante un año, permiten remontar el vuelo.

Desaceleración económica

Lo ocurrido en el último año también se explica por una coyuntura económica de desaceleración. Así lo piensa el presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos de la Comunitat Valenciana (ATA-CV), Rafael Pardo, quien afirma que el descenso de afiliados en el comercio al por menor «ha sido la tónica general en toda España, pero se ha notado de forma especial en aquellos territorios en los que los ingresos de los negocios dependen de una demanda interna que se ha contraído en los últimos meses». En cambio, explicó que en provincias como Alicante, donde el comercio está muy volcado en el sector turístico, «la tendencia ha sido claramente opuesta».

«Una desaceleración como la actual afecta mucho más al pequeño comercio que a las grandes superficies, porque el margen de beneficio de estas es mucho más grande y, en el caso de pasar por un mal momento, tienen una estructura de costes más flexible que pueden aligerar», explica Pardo al diario Mediterráneo.

El responsable de ATA cree que el momento político actual tampoco ayuda al comercio, pues la incertidumbre vinculada al ascenso de la extrema derecha o las dificultades del Gobierno para aprobar sus presupuestos «afectan a las decisiones sobre el consumo de los ciudadanos».

2019 arranca con unas tarifas más elevadas y con dudas sobre el momento económico. Ello, unido a las dificultades estructurales que vive el comercio tradicional, vinculadas al auge de las ventas on line y de los centros comerciales, provoca que la previsión sea similar a la del 2018. «En Castellón será difícil aumentar el número de puntos de venta al por menor (y de autónomos que los dirijan), excepto en los municipios más turísticos», sentencia Pardo.