Una mascarilla de corte futurista desarrollada por la spin off brasileña Nanox Tecnología podría convertirse en alternativa a la N-95 usada por los profesionales de la salud en hospitales. Sus ventajas son que es reutilizable y tiene propiedades antifúngicas y antibactericidas. Esto ha sido posible con la adición de nanopartículas de plata y sílice a sus polímeros, que científicos de la Universitat Jaume I (UJI) ayudaron a desarrollar.

OTO (así se llama el producto) puede volver a usarse después de ser lavado con agua y jabón. Está hecho con un material liso y flexible, similar a una goma, modelable al contorno de la cara. Para proteger el tracto respiratorio, tiene dos filtros desechables del tipo PFF2. Estos se insertan en respiraderos a ambos lados del protector y llevan tapas que evitan la contaminación por contacto directo con las mano.

Aunque no hay evidencia verificada de la acción de las partículas contra el virus SARS-CoV-2 (se están realizando pruebas antivirales para confirmarlo), puede prevenir la infección cruzada con otros patógenos, como bacterias y hongos oportunistas, responsables del empeoramiento por covid-19. También puede actuar contra otros tipos de virus, aumentando la seguridad de sus usuarios y ofreciendo mayor protección contra el coronavirus.

La plata y sílice aumentan «el nivel de protección al evitar la presencia de hongos y bacterias en la máscara», explica Gustavo Simões, director de Nanox.

La producción a escala podría iniciarse en mayo con unas 200.000 unidades mensuales y ampliarse hasta un millón, dependiendo de la demanda.

Este investigador considera que estas nanopartículas tienen capacidad oxidativa para destruir la capa de lípído del nuevo coronavirus y evitar su adhesión y proliferación en la superficie de los materiales. Por ello, la empresa de base tecnológica también introducirá este material en películas plásticas para recubrir superficies y equipos hospitalarios, así como para uso doméstico constante.

El director del Centro de Desarrollo de Materiales Funcionales (CDMF) de Brasil, el profesor Elson Longo, explica que la capacidad antiviral de los materiales que se están probando y los resultados de la iniciativa han indicado una alta eficiencia contra el nuevo virus y que su aplicación se podría extender a otros productos de otras compañías interesadas.

Personal del CDMF en colaboración con un equipo de la UJI, coordinado por el catedrático Juan Andrés Bort del departamento de Química Física y Analítica, empezaron una serie de pruebas para evaluar un posible uso de dichas nanopartículas en la lucha contra el nuevo coronavirus, puesto que existían evidencias en la literatura científica de su posible eficacia contra otros tipos de virus, predecesores del covid-19.