El rector honorario de la Universitat Jaume I, Francesc Michavila, se mostró en contra de los recortes en becas Erasmus y pidió una mayor inversión en investigación. El primer rector de la UJI inauguró ayer el curso del Aula Isabel Ferrer con la conferencia El conocimiento y Europa. Mis dos patrias.

En un discurso europeísta plagado de referencias a literatos (Rilke, Víctor Hugo), pensadores (Voltaire), políticos (Jacques Delors) e incluso emperadores (Antonino Pío), apeló a la construcción de una Europa basada en el avance del conocimiento, la educación y la ciencia, una construcción, dijo, inacabada, pero de un impulso y una fuerza enorme. «Mi pasión es la educación y la ciencia. Europa es otra certeza»,.

Michavila analizó el proceso de construcción europea y los avances en la educación superior y la investigación. Elogió el programa Erasmus: «Nunca una iniciativa ha hecho tanto por Europa con tan pocos recursos y en tan poco tiempo». Situó a España a la cabeza en movilidad de estudiantes e indicó que la UJI, dentro de ese ranking, está «razonablemente bien». Un programa de intercambio que, dijo, contribuye a que «los jóvenes se den cuenta de que el otro no es el enemigo sino un colega con una civilización y cultura compartida». Señaló que tiene ventajas en empleabilidad. Sin embargo, lamentó que si el objetivo era que en 2020 el 20% de los alumnos hubieran hecho una estancia, la cifra actual está en la mitad y entre el profesorado se sitúa en cinco días.

También abogó la búsqueda de alianzas entre distintas universidades europeas. En este ámbito, señaló retos como aumentar la interactividad entre alumnos y profesores, la adquisición de nuevas competencias o la introducción de nuevas tecnologías. Planteó cómo la educación universitaria puede contribuir a construir una ciudadanía europea, no solo formar para el empleo.

También apoyó elevar la inversión destinada a la investigación. Señaló que el periodo entre 2005 y 2015 fue una década perdida y España fue el país en el que más recortó en educación durante la crisis, mientras que en otros países la inversión creció.

En cuanto a los retos actuales, mostró su preocupación por el aumento de las desigualdades entre ricos y pobres, con España a la cabeza, y el incremento del riesgo de pobreza. «España no puede ser nada si no resuelve estas desigualdades», manifestó. También citó el Brexit. En el ámbito de las migraciones, defendió el programa de reconocimiento de las competencias de la población refugiada y apeló a integrar a estas personas. También citó el desarrollo sostenible y la innovación.

Cuestionado por si los nacionalismos son un problema para Europa, expuso que «el problema está en la intolerancia, en aquellos que admiten solo una verdad como propia». «Siempre me han molestado los nacionalismos excluyentes. La educación es un arma para acabar con los fundamentalismos y los supremacismos. Hay que dialogar, ser firme en las ideas. Europa puede ser parte de la medicina».