Como todos los vecinos de Castellón, conozco al maestro Gargori desde siempre, su vida está ligada a los más variados e importantes acontecimientos de la ciudad. Y todo aquel que tenga algo que ver con el mundo de la música, conoce y admira a José Gargori, director de La Bandeta.

Recuerdo especialmente aquellos años noventa cuando la Diputación Provincial organizó, muy junto siempre al departamento de Cultura del Ayuntamiento, un exigente Curso de Directores de Banda. Nada menos que Bernardo Adam Ferrero, compositor, pianista y director de orquesta valenciano, es quien fue contratado como director del curso. Desde el Palacio Provincial, dependencias municipales, incluso la propia catedral de Santa María, fueron escenarios elegidos para el desarrollo del curso en el que también nuestro José Gargori estuvo presente. Adam Ferrero ha publicado varios libros en los que se estudia toda la música nacida y desarrollada por nuestros músicos, compositores y directores. Académico correspondiente de la Real de Bellas Artes de San Fernando y presidente de la Asociación Europea de la Música de Viento, WEMA, entre otras muchas responsabilidades más, fue muy accesible para mí, tan comunicativo, en aquel tiempo que estuvo en Castellón.

Los alumnos

Bernardo Adam me habló de musicología, de la creación musical contemporánea, desde los mágicos y numerosos fondos existentes en toda la Comunidad Valenciana, hasta la música popular. Y, claro, me habló y mucho de José Gargori, que fue uno de sus alumnos distinguidos. Y de José Gargori me hizo prometerle que seguiría sus pasos. Así que, haciéndole caso, es hoy cuando voy a informar públicamente de todo cuanto sé de él, de Gargori. Otros maestros directores de banda de agrupaciones provinciales, también fueron protagonistas de sus charlas, aunque de alguno de ellos ya he tenido ocasión de hablar desde mi espacio veraniego de El humo de los barcos. Por su parte, tanto Tonico Gascó como Juan José Porcar, han escrito doctas páginas en las que aparece la gran producción de varios compositores castellonenses, de mosén Francisco Escoín hasta Pérez Dolz, desde el también sacerdote el Maestro Ripollés y con Matilde Salvador y su marido Vicente Asencio, pasando por los dos «grandes», Juan Ramón Herrero y don José García Gómez, con veinte nombres propios más, pero de modo especial vestidos de militares, don Joaquín Sanchis y el protagonista de hoy, José Gargori Vicent.

La vida

Con música festiva de pasacalles magdaleneros en el ambiente, el 12 de marzo de 1940 nació en Castellón José Gargori, hijo de José Gargori Peñarriba y de Francisca Vicent Meliá.

A los 10 años, cuando ya llevaba un tiempo en colegios de primera enseñanza, se incorporó a los estudios de solfeo en la academia del Frente de Juventudes, nada menos que con el maestro don Eduardo Felip empuñando la batuta estudiantil. La circunstancia fue que el profesor enfermó y se hizo cargo de la dirección de la escuela don Joaquín Sanchis, quien a las clases de solfeo añadió las de clarinete, lo que permitió al niño Gargori interpretar marchas y pasodobles en la plaza de toros con la Banda Lira Castellonense, feliz con su clarinete. Tanto que al año siguiente, es decir, en 1954 y en turnos libres, aprobó en el Conservatorio de Valencia los cursos de solfeo y teoría de la música.

Volcado ya en el mundo musical, en los años 1958 y 1960, recibió la ayuda de unas becas del Ayuntamiento de Castellón para estudiar la disciplina de saxofón con los profesores especialistas Antonio Daniel y José Pérez. Y en 1965 ya se movió con Miguel Sanmillán para crear la Banda Provincial de la Cruz Roja.

Compositor

El impulso que esas creaciones acompañaron a Gargori, le llevó a convertirse también en compositor. Y al final de los años 60, ya apareció su obra Castelloneries, título y temática del que tanto jugo le sacó Quiquet de Castalia.

En 1970, la música en todas sus facetas, ya formaba parte de la vida de Gargori. Es cuando el Ministerio de Educación le dispensó la titulación como profesor de música, ejerciendo en la Escuela de Educación y Descanso y en la Escuela del Hogar Sierra Espadán. Con ese nivel, la empresa del Teatro Principal, lo contrató como responsable de la Orquesta titular.

Y el 18 de septiembre de 1972, cuando ya era todo un acreditado profesional de la música, José Gargori contrajo matrimonio con Lolín Rubert Bellés, en la Basílica de Lledó. Tuvieron dos hijos, Beatriz y Armando. Y el 18 de octubre de 2006, nació su única nieta, Carla Calvo Gargori. La vida sigue. Porque antes, desde 1970 y 1985, ejerció como director de la Banda Municipal de Villafamés, cuando ya era un músico en la élite de la cultura castellonense, que, en la primavera de 1980 fundó y fue su director desde el primer momento, la Unió Musical Castellonenca.

Nombramientos

Cada año, el primer sábado del mes de mayo se celebra en Castellón, en la plaza Mayor, la muy popular Festa de la Rosa, que preludia la ronda de serenatas que se pone en marcha para todos los sábados del mes. Gargori comenzó por ganar en 1990 el segundo premio de la composición. Y en 1991 el primer premio, con su gran obra, Serenata de Maig, interpretada por el popular grupo Los Atapulcos. Siguen pasando las hojas del calendario y en 1994 organiza la escuela de Educandos del Círculo Mercantil y la Banda de Música del Grao, con tanto éxito para cada año en las fiestas de San Pedro, cuya junta organizadora del Grao le hizo entrega del primero de los Aladroc d’Or, nombramiento y distinción que le llenan de orgullo.

José Gargori tiene también una vida privada. Entre sus estudios musicales de su juventud tuvo tiempo también para impulsar y perfeccionar su carrera de contable y administrativo. Nada menos que durante 35 años ha desempeñado ese puesto de trabajo en la empresa de Hijo de Jaime Blanch, cuatro años ha estado también en Tiscel, seis con Marcial Vicent y también algunos años con Pablo Dominguez Maisanava. Y es que, como se ve, hay personas, que saben aprovechar muy bien el tiempo. H